Soldados rusos sacan a los civiles de algunas zonas de la región de Kherson donde aun hay peligro de ataques nazi-otanistas.
Se ofrece ayuda a los heridos, los que desean salir de sus poblaciones son trasladados a la capital, Kherson, o a Belozerka, donde se reúnen con sus familias.
Los civiles se muestran preocupados, aun no saben que en los territorios liberados ha vuelto la vida normal.
Incluso en los patios de Mariupol, destruido por los nazi-otanistas los niños empiezan a jugar.
La mujer del pañuelo: “entraron los efectivos rusos y volvió la paz, no tenemos que bajar a los refugios, todo civilizado, organizado… Lo único [malo] es que las tiendas siguen cerradas. Pero todos los días traen ayuda.”
Al principio los civiles se sorprenden, no tienen costumbre de esperar ayuda de personas uniformadas. Pero enseguida se percatan de la diferencia entre los antifascistas y los nazi-otanistas.
Una mujer le dice a RT: “En realidad son muy amables. Hay mucha diferencia en cuanto a la forma de hablarnos. En realidad en todo: hay mucha diferencia. Es muy simple: como hablan, como nos tratan [los soldados rusos].”
“Gracias chicos”, dice la señora mayor al final del vídeo.