En muchos pueblos y ciudades los trabajadores saldrán hoy 1º de mayo a manifestarse. Pero habrá diferencias. Los habrá que salgan a festejar al gobeierno, incluso a pesar de los retoques que acometieron con la reforma laboral del PP para no derogarla, y para recordar de ese modo que desde el arranque mismo forman parte del Régimen del 78, esto es, de una llamada Transición preñada de renuncias ideológicas a cambio de representatividad y dinero.
Hoy, los llamados «agentes sociales» son juguetes rotos en manos de un régimen que los utiliza como meros apagafuegos y para mantener la «paz social», practicar el acuerdo inmediato sin lucha social y, en una palabra, ganarse cada mes lo que otorgan los Presupuestos General del Estado para que sobreviva el aparato, da igual con un gobierno u otro.
Sin embargo, hay cientos de ejemplos, donde los trabajadores y las trabajadoras han tenido que sortear ese sindicalismo chato y desclasado al servicio del Régimen del 78. Decenas de conflictos durante el último año donde se ha tenido que prescindir de CC.OO y UGT por permanentes traiciones, como firmar convenios a la baja o hacerlo sin consultar a las asambleas. En este sentido, pocas imágenes más ilustrativas se dieron que la manifestación de los trabajadores del metal en Cádiz, donde un pequeño grupo de estos dos sindicatos fue abandonado por miles de personas que continuaron su movilización al margen de ellos.
Recordemos que con una inflación disparada, ambas centrales han dado el sí a subidas salariales exiguas y sin clausulas de revisión, lo que asegura al asistema que la crisis la pagarán los de siempre. Ante esa realidad, miles de trabajadores con conciencia de clase y al margen de las dos centrales del gobierno, saldrán a las calles con una idea convincente: el capitalismo es el problema (lo administre quien lo administre).