José Llamos Camejo | La Guaira, Venezuela.–«El imperialismo siempre será enemigo de los pueblos que quieren ser libres», advirtió el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, al hacer referencia al operativo denominado Negro Primero, que hace dos años frustró una tentativa de secuestro contra el presidente Nicolás Maduro.
De manera simultánea, ejecutada a principios de mayo de 2020 por fuerzas de seguridad, con respaldo activo del pueblo, en dos puntos del litoral norte de Venezuela, la Negro Primero echó por tierra otro complot criminal al que sus autores, la extrema derecha venezolana y los gringos, bautizaron como Operación Gedeón.
Eficaces los órganos de inteligencia del país, evitaron que la maquinación acabara en sorpresiva tragedia. De tal suerte –la peor para los terroristas– su pretensión hizo aguas en las playas de Macuto y Chuao, escogidas por los mercenarios para ingresar al país en busca del líder chavista, al que su pueblo eligió como Presidente en las urnas.
Allí mismo, Venezuela puso fuera de combate a la extremista oposición interna y a su recalcitrante tutor foráneo. Abatidos o capturados casi todos los mercenarios, acabaron como cotorras, describiendo los detalles de la conjura diabólica.
«Las fuerzas revolucionarias y la unidad son la mayor garantía para que la Revolución Bolivariana perdure en el tiempo», alertó Diosdado Cabello, al reflexionar en torno al suceso. «Podemos afirmar –vaticinó– que esta Revolución tendrá larga vida, siempre y cuando nos mantengamos unidos».
De la derecha opositora, dijo que, por esencia, es violenta, y que busca esa vía cuando se ve superada en la electoral; «siempre actúa del lado del imperialismo».
