El ministro ruso de la Agricultura, Dmitri Pátrushev, declaró este viernes que Rusia podría tener que revisar a la baja sus planes de exportación de cereales en el exterior a causa de una serie de problemas, como las condiciones climáticas desfavorables registradas este verano en varias regiones de Rusia, informó la cuenta oficial del ministerio en Telegram.
Según Pátrushev, las cosechas se llevan a cabo en todas las regiones y alrededor de 55 millones de toneladas de cereales ya han sido recogidos. El rendimiento de este año es bueno, aunque inferior al del año anterior, ya que los trabajos agrícolas empezaron más tarde debido al verano poco caluroso y a que algunas regiones sufren condiciones climáticas adversas, como lluvias y vientos fuertes, explican las autoridades.
Además, las sanciones activadas por los países occidentales complican la transferencia de piezas extranjeras para la maquinaria utilizada en los trabajos agrícolas, que ahora se encuentran bajo una carga adicional.
Según Pátrushev, Rusia puede abastecer completamente su mercado interior, aunque «si no se alcanzan los volúmenes previstos», tendrán que revisarse los planes de exportación de 50 millones de toneladas.
La situación en los mercados mundiales de trigo no es fácil. En medio de la sequía que afecta a EE.UU. y a países europeos, las inundaciones en Australia y las condiciones climáticas desfavorables en la India, la oferta mundial de trigo y la calidad de grano disminuirán, considera Pátrushev. Esta situación podría desembocar en graves riesgos para la seguridad alimentaria mundial.
El ministro instó a los trabajadores del sector a hacer todo lo posible para garantizar una cosecha a tiempo de calidad y para intensificar los preparativos para el trabajo de campo del próximo año.
