Estados Unidos y el Sur de Corea realizan juegos de guerra más agresivos que en la Guerra Fría

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La Asociación de Estudio de Políticas Internacionales de la República Popular Democrática de Corea publicó el 4 de septiembre el informe de investigación intitulado «Los ejercicios militares conjuntos EE.UU.-Sur de Corea son un cáncer que vulnera la paz y estabilidad de la Península Coreana y la región».

 

El texto íntegro del informe sigue:

Debido a la invariable política hostil anti-RPDC de EE.UU. y su creciente amenaza militar, se cierne permanentemente en la Península Coreana el nubarrón de guerra nuclear.

En cada página de la historia de confrontación RPDC-EE.UU., que perdura siglo tras siglo y de generación en generación, están registradas claramente la naturaleza agresiva del segundo y sus tentativas de aplastar a la primera.

Pero, EE.UU. recurre ahora a los actos hostiles, amenaza y chantaje nucleares sin precedentes en su dimensión, naturaleza y métodos.

EE.UU. definió como medio principal de su política sobre la República Popular Democrática de Corea suprimir la idea y el régimen de ésta con el uso de la fuerza y renueva sin cesar los planes de guerra nuclear contra ella. Y lleva la situación de la Península Coreana al umbral de guerra ejercitándolos y perfeccionándolos a través de diversos entrenamientos militares conjuntos.

En reiteradas ocasiones, hemos advertido que los simulacros militares, que libra EE.UU. junto con los títeres surcoreanos, son una muestra coherente de la política hostil anti-RPDC y una seria amenaza para la paz y estabilidad de la Península Coreana y la región.

Sin embargo, EE.UU. desarrolla efectivamente este año esa maniobra en una esfera y dimensión mucho más grandes que las anteriores cometiendo así abiertamente los actos hostiles anti-RPDC

La Asociación de Estudio de Políticas Internacionales de la RPDC publica este informe de investigación para aclarar la gravedad y peligrosidad de los ejercicios militares conjuntos EE.UU.-Sudcorea y dar a conocer una vez más a los nacionales y extranjeros quién es el provocador y destructor de la paz que causa el círculo vicioso de agravación de la tensión y el peligro real de guerra nuclear.

  1. Ejercicio de guerra de agresión más duradero del globo terráqueo

No hay en ninguna otra parte del mundo un simulacro militar conjunto tan largo como el que se escenifica en la Península Coreana.

El demencial ejercicio militar EE.UU.-Sudcorea, sin precedentes, tiene lugar sin interrupción durante casi 70 años desde la concertación del Acuerdo de Armisticio de Corea.

EE.UU. dio inicio al entrenamiento de ese tipo con el título «Focus Lens» en 1954, año siguiente de la firma del citado acuerdo.

Desde el año 1976, se llevó a cabo con el nombre Ulji Focus Lens y a partir de 2008, a título de Ulji Freedom Guardian ampliando gradualmente su esfera y dimensión. Este año, fue cambiado su título por el Ulji Freedom Shield.

El otro Focus Retina iniciado en 1969 continuó hasta 1993 con diferentes denominaciones como Freedom Bolt (1971) y Team Spirit (1976).

Después del fin de la Guerra Fría, EE.UU. redujo la dimensión y esfera de los simulacros en otras regiones del mundo, pero ha desarrollado en la Península Coreana un entrenamiento de guerra nuclear con el carácter belicista y agresivo más fuerte que en tiempos de Guerra Fría.

Cuando el Team Spirit se hizo objeto de fuerte condena y protesta dentro y fuera del país, anunció su cese en 1993 y, a partir del año siguiente, lo desarrolló de manera más peligrosa cambiando sólo su nombre por RSOI.

Desde el año 2000, EE.UU. incrementó sistemáticamente el entrenamiento bélico contra la RPDC y el número de los ejercicios conjuntos con títeres surcoreanos desarrollados el año 2001 llega al doble de la cifra del año anterior, al citar sólo lo publicado oficialmente.

Desde 2002, libró el RSOI y Foal Eagle fusionándolos en un entrenamiento y a partir de 2008, amplió de manera escalonada esos simulacros con el nombre Key Resolve y Foal Eagle.

Además, ejecutó en un ambiente de combate real los ejercicios militares para la agresión a la RPDC en la tierra, el cielo y el mar desplegando uno tras otro junto con el ejército títere surcoreano los entrenamientos militares de diferentes tipos, inclusive los combinados de combate aéreo Max Thunder, el antisubmarinos, etc.

Desde 1954 hasta 2013, se han desarrollado en más de 18.000 ocasiones los ejercicios militares de diversos tipos EE.UU.-Sudcorea, además de los que no dieron publicidad.

Cuando desarrollaban Ulji Freedom Guardian en 2016, EE.UU. movilizó todos los medios estratégicos nucleares como bombarderos B-1B, B-52H y B-2A, el submarino nuclear de clase Ohio y la flotilla de ataque de portaaviones nuclear.

En 2017, movilizó la escuadrilla de bombarderos estratégicos nucleares, desplegados en la base aérea Anderson de la isla Guam, para el ejercicio de ataque nuclear contra los blancos estratégicos de la RPDC. Y ejecutó Key Revolve y Foal Eagle movilizando las propiedades estratégicas nucleares y hasta las tropas especiales, que bastarían para cumplir una guerra entera, tales como cientos de miles de efectivos, la flotilla de portaaviones nuclear Carl Vinson, el bombardero estratégico B-1B, los submarinos nucleares Colombus y Michigan y el cazabombardero tipo Stealth F-35B.

En noviembre del mismo año, despachó a la vez los portaaviones nucleares Theodore Roosevelt, Nimitz y Ronald Reagan hacia el Mar Este de Corea para el simulacro marítimo combinado con la marina de guerra del ejército títere surcoreano. Y en diciembre, movilizó más de 230 aviones de combate y más de 12.000 uniformados gringos para el entrenamiento aéreo combinado con los títeres surcoreanos Vigilant Ace.

Los entrenamientos EE.UU.-Sudcorea no han parado tampoco en los últimos años cuando se había creado el ambiente de mejoramiento de relaciones y distensión en la Península Coreana.

En violación flagrante de la promesa de suspender el entrenamiento militar conjunto, EE.UU. ejecutó sin titubeo Max Thunder en el año 2018 cuando se adoptaron la Declaración Conjunta RPDC-EE.UU. y la Declaración de Phanmunjom. Y en el año siguiente, orquestaron uno tras otro más de 100 simulacros conjuntos, inclusive el entrenamiento militar conjunto «Tongmaeng (Alianza) 19-1» (marzo), el de operaciones especiales entre los marines norteamericanos y surcoreanos y los comandos (marzo), el de infiltración en las instalaciones nucleares de la RPDC (junio), el de submarinos Silent Shark (julio) y los ejercicios combinados del puesto de mando (agosto).

Para colmo, también en los años 2020 y 2021 cuando todo el mundo sufría la peor crisis pandémica, desplegó el entrenamiento militar conjunto desoyendo las protestas y condenas unánimes de los nacionales y extranjeros.

Este año, volvió a escenificar en abril pasado los ejercicios combinados de puesto de mando y se tornaron más febriles que nunca los simulacros militares con el Sur de Corea tan pronto como se cambiara el «poder» en suelo surcoreano.

Miembros del círculo militar sureño se preparan para cargar bombas de racimo en un caza durante un ejercicio en una base aérea en Suwon, Sur de Corea.

Durante su visita al Sur de Corea en mayo pasado, el gobernante norteamericano discutió primero el asunto de ofrecer el disuasivo nuclear ampliado a los títeres surcoreanos y ampliar la dimensión y esfera de los ejercicios militares.

El consenso relámpago sobre el tema debatido evidencia cuán obstinado está EE.UU. en los entrenamientos militares conjuntos contra la RPDC.

A citar sólo los simulacros conjuntos vistos desde mayo hasta julio de este año, EE.UU. libró el entrenamiento aéreo (durante dos semanas desde el 9 de mayo), el de traslado nocturno para la asistencia médica (del 11 al 12 de mayo), el naval en que participaron el portaaviones nuclear Ronald Reagan y el crucero de misil teledirigido en las zonas marítimas cercanas a Okinawa (del 2 al 4 de junio), el aéreo en que se movilizaron 4 cazas tipo F-16 de las fuerzas aéreas norteamericanas ocupantes del suelo surcoreano y 16 cazas F-35A, F-15K y KF-16 de las fuerzas aéreas surcoreanas en el cielo del Mar Oeste de Corea (7 de junio) y el de operaciones especiales desarrollado en el estado de California con la participación de más de 5.000 comandos norteamericanos y 100 efectivos de la comandancia de operaciones especiales de las fuerzas terrestres del ejército títere surcoreano (del 14 de junio al 9 de julio).

Es muy inusual que los simulacros EE.UU.-Sudcorea se libraran tan frenéticamente como ahora en la tierra, el cielo y el mar en menos de dos meses apenas.

Inmediatamente después de finalizada la visita del mandatario norteamericano al Sur de Corea, el portaaviones nuclear y otras propiedades estratégicas llegaron en avalancha a la Península Coreana y su contorno y desarrollan fanáticamente los ejercicios militares junto con el ejército títere surcoreano. Esta realidad comprueba que la posibilidad de la guerra nuclear en la Península Coreana no es un posibilidad futura sino del presente.

Todos los hechos dejan conocer claramente que los simulacros conjuntos EE.UU.-Sudcorea son los ensayos de guerra más brutales del globo terráqueo tanto en su agresividad y peligrosidad como en su duración.

2. Las aventuras militares vulneran la paz y estabilidad de la Península Coreana

Los entrenamientos militares EE.UU.-Sudcorea son el factor principal que lleva la situación de la Península Coreana a la inestabilidad persistente y también al umbral de guerra nuclear.

En el curso de Focus Lens y Focus Retina en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado, EE.UU. introdujo los pertrechos nucleares como el misil nuclear táctico Honest John y los cañones atómicos de calibre 280mm. Durante Team Spirit comenzado en la década de 1970 y el otro Ulji Focus Lens, movilizó el bombardero estratégico B-1B y el submarino nuclear para ejercitar el disparo de cañón atómico y el lanzamiento de misil nuclear Lance.

Cuando se produjeron el caso del barco espía armado «Pueblo» (1968) y el otro de avión espía de gran tamaño «EC-121» (1969), EE.UU. emplazó sus pertrechos nucleares y uniformados agresores en la Península Coreana y su contorno y llevó al borde de guerra la situación hablando de la «venganza» y «guerra total».

Sobre todo, el Team Spirit, que se desarrollaba durante 2 o 3 meses con la movilización anual de cientos de miles de efectivos y diversos pertrechos de guerra nuclear, inclusive el portaaviones de propulsión nuclear, desde la década de 1970 hasta principios de la de 1990, se hizo tristemente célebre en la historia por haber llevado a punto de guerra nuclear la situación de la Península Coreana.

En 2002, EE.UU. publicó el «informe de revisión del estado nuclear», que definió a la RPDC como primer blanco de ataque preventivo nuclear, y libró un entrenamiento a tal efecto tras inventar hasta la «doctrina de operación nuclear conjunta», hecho que conoce bien todo el mundo.

Los simulacros Key Resolve, Foal Eagle y Ulji Freedom Guardian, desarrollados en ese tiempo, fueron los ejercicios de guerra nuclear extremadamente peligrosos en que se movilizaron todos los armamentos bélicos y fuerzas materiales y humanas según los guiones de ataque sorpresivo contra la RPDC como el OPLAN 5027 y el OPLAN 5015.

El primero cambió en 1994 su meta por el «derrocamiento» del poder de la RPDC cuando se desate la guerra, bajo el rótulo de hacer frente la guerra total en la Península Coreana. En 1998, se enmendó con vistas a lograr la «unificación bajo el sistema democrático y liberal» mediante la «eliminación de la Dirección» y la anexión militar de la RPDC con la movilización de 690.000 efectivos norteamericanos en la guerra total.

El OPLAN 5015 abarca todo lo planeado en el OPLAN 5027, el 5029 y el 5030 que venían enmendándose mediante los simulacros militares de agresión al Norte de Corea. Y también contempla hasta la horrible «operación de descabezamiento» consistente en la «eliminación» de la Dirección de la RPDC con los pertrechos de ataque a precisión y los comandos.

En octubre de 2013, presentó la «estrategia del disuasivo de forma de ajuste» que plantea atacar preventivamente a la RPDC con armas convencionales y los medios de ataque nuclear cuando se detecte algún «indicio de uso» de armas nucleares por parte de ella. Y comenzó a aplicarla abiertamente desde Ulji Freedom Guardian efectuado en abril de 2014.

En agosto de 2015 cuando inició Ulji Freedom Guardian, instigó a los belicistas de la capa militar surcoreana a fabricar el caso de «disparo de proyectil del Norte» en las inmediaciones de la línea de demarcación militar y cometer así una seria provocación militar de enviar los obuses hacia la zona de la RPDC. De esta manera, llevó la situación de la Península Coreana a la coyuntura a punto de explosión.

Los ejercicios militares EE.UU.-Sudcorea hicieron tremendo daño también al proceso de solución pacífica del problema de la Península Coreana y al movimiento por la reconciliación y reunificación de la nación coreana.

EE.UU. frustró la reunión política para la solución pacífica del problema coreano al desplegar el simulacro Focus Lens en 1954 y violó flagrantemente el artículo 12 del Acuerdo de Armisticio que exige garantizar el cese total de las conductas hostiles y las acciones militares de todo tipo en Corea.

Tras cometer una grave provocación militar, registrada en la historia como «incidente de Phanmunjom», EE.UU. llevó a cabo anualmente desde 1976 los connotados ejercicios militares conjuntos Team Spirit y Ulji Focus Lens tratando de envenenar el ánimo de reunificación de todos los coreanos, que había crecido con motivo de la publicación de la Declaración Conjunta Norte-Sur del 4 de Julio, e invalidarla por completo.

En 1985 cuando se reanudaron las conversaciones N-S de la Cruz Roja y se logró por primera vez entre ambas partes coreanas el intercambio de los conjuntos artísticos de la cruz roja y los grupos de visita a la tierra natal, entre otras señales de reconciliación dadas gracias a los esfuerzos protagónicos del gobierno de la RPDC, EE.UU. llevó al fracaso el diálogo íntercoreano preparado a duras penas al desplegar forzadamente el ejercicio Team Spirit.

En la década de 1990, tuvieron lugar varias veces las conversaciones N-S de alto nivel y se lograron acuerdos significativos, pero éstos no pudieron extenderse tampoco al mejoramiento sustancial de los vínculos bilaterales debido a la maniobra conjunta de gran envergadura en que EE.UU. introdujo en masa los equipos de guerra nuclear preconizando el «ataque preciso a las instalaciones nucleares de Nyongbyon».

Cuando quedó aprobada la histórica Declaración Conjunta del 15 de Junio, EE.UU. respondió con el inicio del entrenamiento militar conjunto de gran dimensión que significaba la fusión de RSOI y Foal Eagle.

Sucedió lo mismo cuando nació la Declaración del 4 de Octubre.

Durante los mandatos de Lee Myung Bak y Park Geun-hye, EE.UU. instigó a las autoridades títeres surcoreanas a la ruptura total de relaciones con el Norte y la confrontación fratricida librando con ellas las maniobras de diferentes títulos como Key Resolve, Foal Eagle, Ulji Freedom Guardian, Ssangryong, Max Thunder y llevando al extremo el enfrentamiento con la RPDC con los inventos como la «estrategia del disuasivo de forma de ajuste» y el «plan de operaciones conjuntas para hacer frente a la provocación local».

En ocasión de la ceremonia inaugural de los 23º Juegos Olímpicos Invernales, se creó entre ambas partes coreanas un dramático ambiente de reconciliación. Entonces, EE.UU. reanudó Key Resolve y Foal Eagle tan pronto como terminara la cita deportiva invernal y rompió así el clima de reconciliación, cooperación y paz de la Península Coreana.

Cada vez que la RPDC presentaba las iniciativas pacíficas para la solución del problema de la Península Coreana, específicamente, la de firmar un convenio de paz entre la RPDC y EE.UU. (en 1974), la de convocar las conversaciones tripartitas al permitir la participación de las autoridades surcoreanas en el diálogo RPDC-EE.UU. (1984), la de establecer un nuevo sistema de aseguramiento de la paz (1994) y la de iniciar pronto el diálogo para cambiar el Acuerdo de Armisticio por el de paz en el año del 60º aniversario de estallido de la guerra coreana (2010), EE.UU. expuso su atributo belicoso al desarrollar los frenéticos ejercicios militares con los títeres surcoreanos.

Protesta contra los juegos de guerra en el Sur de Corea

Todos los hechos comprueban que el entrenamiento militar EE.UU.-Sur de Corea constituye el principal obstáculo para la reconciliación y unidad de la nación coreana y la paz de la Península Coreana.

La actual administración norteamericana también fomenta la fiebre conflictiva de las autoridades títeres surcoreanas abogando por desarrollar las relaciones con éstas como «alianza estratégica global».

Llevan al extremo la ya muy inestable situación de la Península Coreana los ejercicios militares terrestres, aéreos y navales que libran uno tras otro EE.UU. y el ejército títere surcoreano después del cambio del «poder» en el Sur de Corea.

En la conversación entre el mandatario norteamericano y el traidor títere surcoreano, sostenida en mayo pasado, se logró el acuerdo de reiniciar la operación del «órgano de consulta estratégica del disuasivo ampliado EE.UU.-Sur de Corea». Este hecho insinúa que las propiedades estratégicas nucleares de EE.UU. como portaaviones, bombarderos y submarinos nucleares, pueden ser desplegadas de manera rotativa en cualquier momento en el suelo surcoreano y participar también a cualquier hora en las maniobras militares con el ejército títere surcoreano.

3. Influencias negativas de los ejercicios militares conjuntos EE.UU.-Sur de Corea sobre los países circunvecinos

El carácter peligroso de los ejercicios militares conjuntos EE.UU.-Sur de Corea reside también en que perjudican seriamente el desarrollo normal y la seguridad de los países vecinos de la RPDC y traen el nubarrón de la nueva Guerra Fría.

Frontera entre Corea, China y Rusia

Ya es consabido que esas maniobras demenciales forman parte del cumplimiento de la estrategia de hegemonía de EE.UU. para doblegar militarmente no sólo a la RPDC sino también a China y Rusia.

Ese país trata de establecer un cerco multilateral sobre China, que logra un crecimiento vertiginoso, y Rusia, que acelera la construcción de un Estado poderoso, tras definirlas como «desafío» y «amenaza» para el cumplimento de dicha estrategia.

Como parte de tal proyecto, quiere ampliar el papel de la alianza con el Sur de Corea desde la amenaza y chantaje militares contra la RPDC hacia el cumplimiento del objetivo militar de doblegar a China y Rusia en la región del Nordeste Asiático.

La siniestra ambición de EE.UU. consiste en fabricar en la región de Asia-Pacífico la «OTAN de versión asiática» bajo el cartel de «fortalecimiento de la alianza» apoyándose en los bloques económicos y militares bajo su liderazgo tales como «QUAD» y «AUKUS» y en realizar regularmente los ejercicios militares bilaterales y multilaterales con el Sur de Corea, Japón y Australia, de manera que se completara el cerco transpacífico sobre China y Rusia.

Esto insinúa que EE.UU. quiere desplegar los ejercicios militares conjuntos de gran tamaño cuestionando la «amenaza» nuclear y de misiles de la RPDC y, tomándola por pretexto, emplazar adicionalmente en suelo surcoreano el THAAD e introducir en la zona periférica los misiles de alcance mediano.

Yoon Suk Yeol, Joe Biden y Fumio Kishida en la Cumbre de la OTAN, 29 de junio de 2022 en Madrid

Tiene que ver con eso también la tendencia a negar la llamada «política de 3 puntos de la no asistencia» sobre el problema de THAAD que muestran las autoridades títeres surcoreanas que últimamente, frecuentan los ejercicios militares terrestres, navales y aéreos con EE.UU.

No pasa de ser un cartel para mantener su posición hegemónica en Asia-Pacífico y asediar y reprimir a China y Rusia ese «rumor de amenaza proveniente del Norte de Corea» con que EE.UU. justifica sus maniobras militares conjuntas.

«¡La última extinción será en tierra norteamericana!»

Si se amplían la dimensión y la frecuencia de los ejercicios militares EE.UU.-Sur de Corea, éste se convertirá en la cabeza de puente para el cumplimiento de la estrategia norteamericana sobre China y Rusia.

El estallido de guerra en la Península Coreana en una posición muy importante en lo geopolítico, donde están enmarañados los intereses de las potencias, se extenderá fácilmente a una guerra mundial y la termonuclear nunca vista antes en el mundo, lo cual producirá consecuencias catastróficas para la paz y seguridad de ese procurrente, la región del Nordeste Asiático y el resto del mundo.

En vista de tal perspectiva de la situación, el disuasivo de guerra de la RPDC constituye el medio único y más confiable para defender la paz y estabilidad de la Península Coreana y la región previniendo la guerra.

Fuente: kfa-eh.org

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