Un recluso del estado de Oklahoma, que había presentado una demanda contra el personal de la cárcel del condado de Oklahoma por supuesta tortura con la canción infantil ‘Baby Shark’, que la hacían sonar durante horas, fue encontrado muerto en su celda.
Un oficial de detención, que realizaba verificaciones en el sitio, encontró a John Basco, de 48 años, inconsciente la madrugada del domingo, declararon los funcionarios del Centro de Detención del Condado de Oklahoma en un comunicado de prensa, recoge el medio local The Oklahoman.
Los oficiales llamaron al personal médico, queluego del inicio de las medidas para salvarle la vida, fue declarado muerto a las 4:06 a.m. (hora local). No se ha revelado la causa de la muerte. Sin embargo, Mark Opgrande, un portavoz de la cárcel, dijo que no había signos evidentes de agresión y que se realizará una investigación sobre la probabilidad de una sobredosis de drogas.
Basco, que reingresó a la cárcel el 7 de septiembre por una denuncia de tráfico de drogas, fue uno de los cuatro reclusos que presentaron una demanda federal de derechos civiles contra el condado el año pasado, alegando que los oficiales de la cárcel usaron fuerza excesiva y tácticas disciplinarias descritas como “eventos de tortura“.
Las circunstancias que rodearon la muerte de Basco son “inquietantes”, aseguró su abogado, Cameron Spradling, que ha pedido la preservación de todas las pruebas mientras avanza la investigación de la Oficina de Investigación del estado de Oklahoma. “Estoy realmente molesto por esto”, aseveró.
“Hay un caso penal y un caso federal de derechos civiles pendiente contra tres exoficiales de detención, incluido un teniente. Una de las víctimas de tortura del ‘Baby Shark’ está convenientemente muerta a los tres días de su llegada a la cárcel”, dijo.
Según la demanda, Basco, Daniel Hedrick, Joseph Mitchell y Ja’Lee Foreman fueron víctimas de una forma inusual de castigo en diferentes momentos a fines de 2019. Los oficiales presuntamente torturaron a cada hombre en ocasiones separadas, esposándolos en una posición de tensión en una pequeña habitación donde la canción infantil ‘Baby Shark’ sonaba a todo volumen repetidamente durante horas. En relación a los incidentes, dos guardias de 21 años de edad y su supervisor de 50 años fueron acusados de delitos menores de crueldad hacia un prisionero y conspiración.
El caso contra los tres oficiales está programado para comenzar el 22 de septiembre con una conferencia y una audiencia de moción.