Los países africanos no deben confiar en el gas natural como una fuente de energía que les ayudará en su desarrollo económico y social a largo plazo, según afirma el enviado especial de la Administración Biden para Asuntos Climáticos, John Kerry, reporta Reuters.
«Se puede utilizar gas natural con fines de transición. No decimos no al gas; decimos que está bien que durante los próximos años el gas reemplace al carbón o al petróleo. No obstante, después del 2030 será importante también ser capaces de capturar las emisiones de gas», dijo Kerry la semana pasada en una reunión con los ministros africanos de Medio Ambiente que tuvo lugar en Dakar, la capital de Senegal.
El funcionario norteamericano advirtió que los proyectos energéticos a largo plazo basados en gas natural puede resultar problemáticos después del 2030, cuando las naciones más desarrolladas planean pasar a las energías renovables. «¿Serán rentables dentro de diez años? Probablemente no. Serán rentables dentro de 20, 30 o 40 años […] Y ahora no es necesario, no lo necesitamos para alcanzar el futuro energético a que aspiramos hoy», subrayó.
Las declaraciones de Kerry se producen en medio de los intentos de África de incrementar sus entregas de gas, mientras la Unión Europea fija su atención en países productores como Argelia y Nigeria para reducir su dependencia de hidrocarburo ruso.
Así, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, visitó Nigeria el 6 de septiembre para llegar a un acuerdo de suministro de gas licuado. Mientras, el presidente francés, Emmanuel Macron, viajó a Argelia en agosto con el fin, entre otros, de ampliar la cooperación energética con el país norteafricano.
Asimismo, los proyectos de gas podrían corregir la situación energética en el continente africano, donde, según los datos de la Agencia Internacional de Energía presentados en junio, el 43 % de de la población, unas 600 millones de personas, vive sin electricidad.