Tras la congelación de las facturas energéticas ya prometida a los hogares, el gobierno británico confirmó el miércoles que también pagará la mitad de los costes energéticos de las empresas este invierno, durante seis meses. Este anuncio se produce en un contexto de subida de los precios de la energía y de una inflación que se encuentra en su nivel más alto de los últimos 40 años en el Reino Unido (9,9 por cien interanual en agosto). El objetivo del gobierno británico es frenar estas subidas de precios que afectan a los hogares y a las empresas.
El gobierno ha fijado un “precio mayorista subvencionado” durante seis meses, que se espera que sea “menos de la mitad de los precios mayoristas previstos para este invierno” para las empresas, ONG e instituciones públicas cubiertas por la medida, según un comunicado del Departamento de Energía y Empresa.
Evidentemente, la cantidad que se cubrirá, que en última instancia dependerá de la situación y los contratos de cada institución, podría traducirse en una reducción de más del 40 por cien de la factura para un pub o un colegio, por ejemplo. El mecanismo podría ampliarse y ser más específico, o sustituirse por un apoyo centrado en las empresas o instituciones más vulnerables.
Las ayudas a las empresas serán equivalentes a las ya anunciadas para los particulares, que limitan los precios de la energía para el hogar medio a 2.500 libras al año durante dos años, una rebaja de unas 1.000 libras. El paquete de apoyo a las empresas, de seis meses de duración, incluye también la supresión de algunos gravámenes medioambientales, según el gobierno.
“Esto permitirá pasar el invierno a muchas empresas que corrían el riesgo de cerrar, despedir personal o reducir la producción”, dijo Shevaun Haviland, directora general de las Cámaras de Comercio británicas. Pero algunos “seguirán teniendo problemas para pagar sus facturas”, advierte. “Hemos intervenido para evitar el colapso de las empresas, proteger el empleo y limitar la inflación”, dijo el nuevo ministro de Economía, Kwasi Kwarteng.
Ante el temor a la recesión, el gobierno también pretende impulsar el crecimiento mediante una reducción generalizada de los impuestos. El periódico The Times menciona un recorte del impuesto sobre transacciones inmobiliarias, además de los ya anunciados recortes de las cotizaciones a la seguridad social y del impuesto de sociedades. La nueva Primera Ministra británica, Liz Truss, cree que la reducción de este impuesto estimulará el crecimiento al animar a la gente a mudarse de casa y al ayudar a los que compran por primera vez a convertirse en propietarios en medio de la crisis del coste de la vida.
Estas medidas costarán más de 100.000 millones de libras, entre los recortes fiscales y las subvenciones a la energía, aunque el Barclays sube la cifra a más de 200.000 millones de libras.
Las subvenciones masivas y los recortes fiscales deben ser financiados con endeudamiento público, que ya alcanzaron un máximo con las colosales subvenciones de la pandemia. Actualmente es de 11.800 millones de libras. Ha alcanzado más del 95 por cien del PIB, y podría incluso superar el 105 por cien del PIB en 2024-2025.
En la calle se ha iniciado una campaña para no pagar la factura de la luz. Este invierno muchas familias tendrán que elegir entre la comida o la calefacción. A los que pasen frío les recomiendan que se acuesten con sus mascotas para calentarse.
El Barclays teme un descalabro de las finanzas públicas.
1/ No va a ser “el Gobierno británico” el que pague esas cosas, sino el Estado británico.
2/ La deuda que contraiga “el Gobierno británico” pagando esas cosas, ¿quién va a acabar pagándola?, porque alguien la tendr´ña que pagar salvo que “el Gobierno británico” quiera hacer una suspensión de pagos de la deuda del Estado británico (eso que llaman deffault)
Bien empieza la Thatcher bis.
¿Lo siguiente será usar armas atómicas como dijo hace poco?(*)
(*) Que poco difundió esas palabras la “prensa oficial” española.