La destrucción militar de los gaseoductos ruso-europeos por parte de EEUU no es un ataque a la burguesía europea. La oligarquía europea tiene sus intereses globalizados y financiarizados, y estos no están en juego con el hundimiento económico de Europa.
Al contrario, esto es un sabotaje militar contra la clase trabajadora europea perpetrado por el ejército de Estados Unidos de América, en complicidad con toda la oligarquía financiera europea sedienta de ganancias y con el aparato militar de cada uno de los estados de la OTAN.
El desmantelamiento del suministro de energía barata al viejo continente permite a la vez el desmantelamiento industrial de Europa sin gran oposición social, la devaluación del salario a todos los niveles, y el endeudamiento masivo de la población trabajadora europea.
Es el nivel de vida de las clases medias europeas el que está siendo objeto de diana geopolítica de la OTAN, junto con la guerra de negocios y posiciones con el eje del este. Las empresas estratégicas europeas no quebrarán, deslocalizarán sus plantas de producción; y quienes de ninguna manera quebrarán son la oligarquía financiera europea que las maneja, que comanda desde los bancos centrales toda la operación financiera y militar de desmantelamiento de Europa, o mejor dicho, de desmantelamiento de la aristocracia obrera europea, del gasto público, y de los sistemas democrático burgueses constituidos sobre la base económica pretérita donde Europa era centro industrial. Todo esto a golpe de estado de excepción autoinducido y endeudamiento de las clases trabajadoras nacionales con la misma oligarquía que crea los problemas.
Los partidos políticos institucionales que representan a las clases medias, de izquierda a derecha. Financiados y chantajeados por los entramados estatales de esta mafia financiera de la OTAN, son cómplices de la operación de expolio de clase y destrucción de derechos políticos.
Ante el avance imparable de la destrucción de condiciones de vida de clase media europeas hacia un capitalismo brutalizado, el auge de la extrema derecha, el nacionalismo y el fascismo es resultado de la inmadura reconstitución del partido histórico del proletariado, de un nuevo partido comunista internacional poderoso e independiente de toda esta mafia, capaz de barrer la lógica de la guerra en el escenario internacional, el acaparamiento de los recursos, y la explotación violenta de las pueblos trabajadores de Europa y el mundo.
Nuestra tarea histórica y política como generación trabajadora europea es la reconstitución del comunismo y el partido revolucionario, disciplinado y bien organizado, ante la guerra de clases que retorna a Europa el proletariado debe tener su propio fortín para la lucha.
