De los países poseedores de armas nucleares, Estados Unidos y Rusia son los que tienen la mayor cantidad de éstas, pero sus políticas de uso distan mucho una de la otra. De acuerdo con el académico e investigador mexicano Omar Ernesto Cano, la actividad de Washington lo coloca como un verdadero riesgo nuclear a nivel mundial.
La piedra angular de los esfuerzos mundiales para prevenir la propagación de las armas nucleares, conocido como Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), dispone que oficialmente existen cinco Estados poseedores de las armas nucleares: EEUU, Rusia, el Reino Unido, Francia y China.
En el más reciente documento sobre estrategia de Defensa de Estados Unidos, Washington aseguró que el uso de las armas nucleares que posee podría considerarse en situaciones extremas “para salvaguardar sus intereses vitales” y los de sus aliados, además de que éstas solo serían usadas para “disuadir” un ataque de este tipo.
Omar Ernesto Cano, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México y especialista en temas nucleares, explicó en una entrevista a Sputnik que, aunque EEUU siempre ha señalado que su política nuclear se basa en la defensa y la disuasión, históricamente es Washington quien ha querido atacar primero a quienes considera sus antagonistas.
“El verdadero plan de Estados Unidos siempre ha sido atacar primero y destruir la capacidad de respuesta, primero de la Unión Soviética, ahora de Rusia y de otros países con los que tenga conflicto”, sentenció al tiempo de observar que “si revisamos la historia del primer lanzamiento contra Hiroshima y Nagasaki, el 6 de agosto de 1945, vemos que el lanzamiento completo contra ciudades japonesas no fue por cuestiones militares, sino por cuestiones hegemónicas. Japón debía de rendirse primero frente a EEUU y no frente a la URSS como ya lo estaban haciendo los japoneses intentando hacer pactos de rendición y acuerdos”, subrayó Cano a Sputnik.
El profesor, quien lleva como línea de investigación el tema de defensa nuclear, recordó que dos meses después de haber finalizado la Segunda Guerra Mundial, Washington empezó a estudiar la posibilidad de atacar a la Unión Soviética con bombas nucleares.
Aprobado y desarrollado para el 1949, el plan recibió el nombre Operation Dropshot, con el que Estados Unidos buscaba eliminar del tablero de juego a quien consideraba su enemigo. El documento desclasificado decía que querían lanzar unas 300 bombas nucleares y otras 29.000 bombas convencionales sobre 200 objetivos, cerca de 100 ciudades y pueblos de la URSS para así acabar de un solo golpe con el 85% del potencial industrial del país.
“Si vemos desde 1945 pasando por (…) la Сrisis de los Misiles, Estados Unidos siempre ha sido el verdadero peligro porque su estrategia militar es usar primero el armamento nuclear para que nadie más pueda responder”, explicó el profesor.
A 60 años de la Crisis de los Misiles, durante el reciente coloquio internacional Riesgos Existenciales para la Vida en el Planeta, el profesor emérito de Economía de la Universidad de Ottawa y fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización Michel Chossudovsky indicó que Washington en su doctrina habla de una guerra nuclear preventiva considerada como instrumento de defensa e incluso plantea la existencia de una bomba nuclear “humanitaria”, de baja intensidad.
Hablando de dicha doctrina, cabe recordar que desde el fin de la Guerra Fría, EEUU ha publicado en cada Administración su postura respecto a las armas nucleares llamada Nuclear Posture Review (Revisión de la postura nuclear) y la más reciente fue la del Gobierno de Biden que se hizo pública el pasado 27 de octubre.
En el documento, las autoridades de Defensa señalan que se ha avanzado en el diálogo con Rusia en materia nuclear, algo que según aseguran no ha pasado con China.
“La República Popular China es el reto general para la planificación de la Defensa de Estados Unidos y un factor creciente en la evaluación de nuestra disuasión nuclear”, se lee en el documento.
“En un momento de ascenso de riesgos nucleares, una estrategia de renovación parcial ya no sirve a nuestros intereses. Un lugar seguro, protegido y una disuasión efectiva requiere armas modernas y una infraestructura moderna. Debemos desarrollar y desplegar una reserva equilibrada y flexible capaz de controlar las amenazas, responder a la incertidumbre y mantener la eficacia”, precisa el texto.
Omar Ernesto Cano señala que desde la Crisis de los Misiles y tras darse a conocer lo catastrófico que sería una guerra nuclear, Washington ha tratado de justificar su desarrollo armamentista. Visto el hecho de que las armas nucleares tácticas no son necesariamente menos potentes, aunque normalmente lo son, y lo que las diferencia de las estratégicas es el modo de uso y los objetivos perseguidos, las secuelas son graves en cualquier caso. Así que a pesar de los múltiples términos usados para tratar de justificar esto, “lo cierto es que al final son armas nucleares y tienen fuertes repercusiones”, añadió Cano.
En palabras del experto, Estados Unidos no solo apuesta por atacar sino también por expandir sus bases militares y para ello la OTAN ha sido clave, además de que el país norteamericano ha roto acuerdos en la materia y ha seguido desarrollando armas y acercando sus bases a Rusia.
“Desde 1991, cuando cayó la URSS y se había pactado que EEUU no iba a llevar sus bases militares cerca de Rusia, Washington no respetó ese acuerdo y desde 1991, luego 1999, 2004, 2009, 2016 y 2021, Estados Unidos ha ido moviendo sus bases cada vez más cerca de la frontera rusa. Aunque el conflicto parece de ahora, es un largo proceso en el que EEUU ha estado acercando sus bases militares a Rusia”, recalcó Cano.
“Mientras existan armas nucleares, la OTAN seguirá siendo una Alianza nuclear. Una Alianza fuerte y cohesiva con una misión nuclear clara sigue siendo esencial para disuadir la agresión y promover la paz y la estabilidad en la zona euroatlántica”, así lo que señala el Nuclear Posture Review de Biden sobre la OTAN.
Asimismo, en el documento se insiste en la modernización de los equipos.
“[Se está realizando] una transición hacia una nueva generación de aviones de combate, incluido el F-35A Joint Strike Fighter. Estados Unidos trabajará con los aliados involucrados para garantizar que la transición de aviones de doble capacidad y la bomba B61-12 se ejecute de manera eficiente y con una interrupción mínima de la preparación”, indica el texto.
Cuando existía la URSS, la puerta del conflicto era Berlín, ahora es Ucrania, un país que comparte frontera con Rusia, observó el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, subrayó que Moscú también tiene poder nuclear, pero por otras razones y son las constantes violaciones de EEUU a los acuerdos:
“Toda esa agresión estadounidense ha generado que la respuesta de ambos lados sea militar. Ucrania es el epicentro de un conflicto con Estados Unidos e iniciado por Estados Unidos a través de la OTAN, mientras que Rusia está respondiendo cada vez con menos margen de reacción”, concluyó.