La Policía italiana detuvo a 4 personas sospechosas de mantener vínculos con el batallón Azov, los individuos son acusados de conspirar para realizar actos violentos contra civiles y policías, según los medios locales. Este plan parece ser el primer intento de atentado terrorista en Europa Occidental de las formaciones neonazis ucranianas.
Durante el operativo, la Policía incautó en una treintena de pruebas acusatorias contra los miembros de la Orden de Hagal, entre ellas varias prendas con la parafernalia nazi. Las evidencias que publicaron las agentes muestran fotos de los dictadores Adolf Hitler, de Alemania, y Benito Mussolini, de Italia, además de camisetas con el logotipo del regimiento neonazi oficial de Ucrania, el batallón Azov.
El medio italiano Today Chronicle, citando a los investigadores, reveló que el objetivo de la Orden Hagal era el cuartel de la Policía de Marigliano. En la publicación se destaca que uno de los sospechosos es un ciudadano ucraniano de 27 años, llamado Antón Radomoski, que ha logrado escapar de los agentes.
Se precísa que este individuo «habría ofrecido su ‘intermediación’ entre la Orden de Hagal y grupos neonazis como el batallón Azov», que está involucrado en el conflicto de Donbás en Ucrania.
La agencia de noticias italiana, ANSA, también confirmó los vínculos de Radomoski con el batallón Azov y aseguró que ahora él se encuentra en Ucrania. De acuerdo con otra fuente italiana, Corriere Del Mezzogiorno, el «cómplice ucraniano… quería provocar una explosión en un centro comercial». El medio agregó que la célula Orden Hagal tenía contactos tanto con «formaciones ultranacionalistas ucranianas como con el batallón Azov», así como con la conocida milicia neonazi ucraniana Pravi Sector.
La Unión Europea (UE) y la Interpol ya expresaron sus preocupaciones por la posibilidad de que las armas que se envían a Ucrania acaben en manos de los criminales. Este suministro de armamento se realiza por parte de los países de la OTAN en el transcurso de la operación militar especial de Rusia.
«Una vez que las armas callen [en Ucrania], llegarán las armas ilegales. Lo sabemos por muchos otros escenarios de conflicto. Los criminales están incluso ahora, mientras hablamos, centrándose en ellas», advirtió el jefe de Interpol, Jurgen Stock, a principios de junio.
Consecuencias de la creación y apoyo por la OTAN de grupos neonazis.
¿Volvemos a 1922?