ELN. Comando Central (COCE).— En este ciclo se logró estructurar y concretar el apoyo de la comunidad internacional y de la Iglesia colombiana al Proceso de Diálogos, participarán como garantes Chile, Cuba, Noruega, México y Venezuela, quedando pendiente la aceptación de Brasil, cuando asuma el próximo mes el Presidente Lula.
A través de una carta a las dos partes, Gobierno y ELN, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha confirmado la presencia de las Naciones Unidas como acompañante permanente de la Mesa. En el mismo sentido se ha manifestado la Iglesia Católica colombiana a través de Monseñor Henao. Igualmente se conoce la respuesta positiva de Alemania, España, Suecia y Suiza, para actuar como países acompañantes de la Mesa de conversaciones.
En este primer ciclo, con el propósito de trabajar frente a situaciones que requieren acciones humanitarias conforme a los deberes de las dos partes, se acordó inicialmente actuar de manera conjunta como Mesa de Diálogos focalizando esfuerzos en un territorio específico, a través de una comisión en la que estarán los Gestores del Paz del ELN así como la Oficina del Alto Comisionado de Paz del Gobierno; tal delegación será acompañada por una caravana humanitaria, conformada por diferentes actores y sectores nacionales e internacionales, entre ellos la Iglesia y la ONU, para interactuar con la población de la región, ver la problemática, hacer un diagnóstico y formular propuestas de superación.
Igualmente se establecieron los marcos de trabajo de la Mesa y se adelantó el intercambio para precisar los ajustes a la Agenda acordada en el 2016 con el Gobierno de Juan Manuel Santos, lo que facilitará abordar en el segundo ciclo los diseños para desarrollar el punto uno de la Agenda, referido a la participación de la sociedad, considerada ahora por las dos partes como el ‘corazón del Proceso de Paz’.
Sin embargo, la proliferación de grupos paramilitares, agenciados por las Fuerzas Militares y de Policía del Estado, así como de grupos de narcotraficantes en las regiones donde son protegidos y conviven con ellos, al igual que lo hacen muchas de las autoridades y de los organismos de control, es una cruda realidad, así como el asesinato sistemático de los dirigentes sociales y los Defensores de los Derechos Humanos; si esta amenaza no la enfrenta el Gobierno, al estar en contravía de los Diálogos de Paz serán inciertos los avances que todos esperamos.