La lucha contra la historia comenzó ya en 2015 y, desde el inicio de la operación militar rusa, ha aumentado el número de monumentos desmantelados y de calles renombradas.
Los monumentos dedicados a Alexander Pushkin, el gran poeta que vivió en el Imperio ruso en el siglo XIX, son los que más han sufrido. Recientemente, las autoridades ucranianas han destruido decenas de monumentos dedicados al poeta. El monumento a Catalina la Grande en Odessa no escapó a la misma suerte: fue desmantelado, a pesar de que la emperatriz fue la fundadora de la ciudad. También en el territorio de Ucrania se están demoliendo monumentos a científicos, generales y soldados soviéticos que lucharon contra el fascismo.