El Gobierno de Brasil activó todas las fuerzas de seguridad ante otras posibles acciones golpistas, anunciadas para este lunes, por partidarios radicales del expresidente Jair Bolsonaro en Explanada de los Ministerios, en Brasilia.
Desde el viernes el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, anunciaba intentos de ataques a infraestructuras nacionales. Precisó que “además de ser un crimen contra el Estado Democrático de Derecho, es, políticamente hablando, un crimen contra la sociedad”.
Si bien no creen que la supuesta manifestación tenga la dimensión de la del 8 de enero, cuando asaltaron los tres poderes en Brasilia, la capital, el Gobierno conserva un gran número de agentes de la Policía Militar y la Fuerza Nacional en la explanada donde están ubicados los edificios públicos.
«Nuevamente, vamos a tener que movilizar millones y millones de reales para proveer seguridad a infraestructuras, a edificios públicos amenazados por personas que pueden y deben esperar las elecciones de 2026, cuando democráticamente será elegido el nuevo presidente», señaló Dino.
El área de inteligencia del Gobierno busca información exacta y la magnitud de las probables manifestaciones. Anteriormente, el Gobierno federal detectó posible amenaza de actos antidemocráticos el 11 de enero, pero no se concretó.
Extremistas de derecha que cuestionan el resultado de las elecciones ganadas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se instalaron en carpas durante dos meses frente al cuartel general del Ejército en la capital federal.
Estimulados por discursos de odio, el campamento acudió a la violencia y resultó la base de los ataques terroristas del 8 de enero a las sedes del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, donde se ubica el Poder Ejecutivo.