Tenía 25 años, estaba desarmado y fue asesinado en un puesto de control militar, al sur de la ciudad cisjordana de Nablus.
Su nombre era Abdulá Samih Ahmed Qalalwa y perdió la vida minutos después de resultar gravemente herido por los disparos de soldados israelíes.
El ejército israelí trató de justificar lo injustificable. Mediante un comunicado expresó que el joven palestino intentó atacar a uno de los soldados. Obviamente, Israel mintió, pues, como hemos señalado, el fallecido no estaba armado.
Con Qalalwa ya son 36 los palestinos asesinados por las fuerzas ocupantes en lo que va de año, incluidos 8 niños y una anciana.