
“Es un golpe fatal al proyecto estadounidense-israelí y lo hace más precario”, enfatizó el sábado el vicesecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Naim Qasem.
A través de un mensaje emitido en su cuenta en la red social Twitter, el sheij Qasem subrayó que, en efecto, el restablecimiento de las relaciones entre Irán y Arabia Saudí es un punto de inflexión importante para la estabilidad, la seguridad y el progreso de la región de Asia Occidental.
Es más, agregó, esta reanudación de lazos, tras siete años de ruptura, es el comienzo de buenos momentos tanto para los pueblos de Irán y el reino árabe como para los pueblos de la región.
El viernes, en un comunicado emitido en Pekín (capital china), se informó que la República Islámica de Irán y el reino saudí acordaron oficialmente reanudar sus relaciones diplomáticas y reabrir embajadas y representaciones en un plazo máximo de dos meses.
Varios analistas aseveran que ese logro, además de afianzar la vocación de paz de la política exterior de la República Islámica de Irán con respecto a la región, abre posibilidades bilaterales y vislumbra la complementariedad y solidaridad entre los pueblos para la plena integración.
De hecho, tal y como recalca la Cancillería iraní, el acuerdo de normalización de los lazos con la monarquía árabe deja clara la determinación de Teherán para asegurar los intereses regionales.