El funcionario manifestó este domingo a la agencia de noticias Sputnik que el régimen de Kiev frustra cualquier avance para la seguridad de la zona, al negarse a dar garantías de que no bombardeará la planta ni la ciudad adyacente de Energodar.
Para Rógov, «la seguridad de la central nuclear está garantizada por dos componentes: la ausencia de bombardeos de los militantes de las Fuerzas Armadas de Ucrania, y la protección adecuada que brindan los efectivos de la Guardia Nacional de Rusia, (Rosgvardia)».
Según el vicegobernador de Zaporozhie, la parte ucraniana exige la desmilitarización de la zona de la planta para luego aprovecharse de esa situación, tomar como rehenes a los habitantes locales, apoderarse de la instalación nuclear y crear una base para la ofensiva futura.
La central nuclear de Zaporozhie, la mayor de Europa, se encuentra cerca de la ciudad de Energodar. Cuenta con seis reactores de agua presurizada del modelo VVER-1000 y tiene una capacidad total de seis mil megavatios.
Desde marzo del pasado año, la central permanece bajo control de militares rusos.
La cancillería de Rusia alega que la presencia militar en la planta, que había sido operada por la empresa ucraniana Energoatom antes de que la provincia de Zaporozhie se adhiriera a la Federación a finales de septiembre de 2022, persigue evitar fugas de materiales nucleares y radiactivos.
Los seis reactores de la planta están apagados, para minimizar el riesgo de su exposición como consecuencia del conflicto armado en curso.