Esta semana se celebró un panel en línea, titulado “Casos de violación extraterritorial de los derechos humanos”, al margen de la 52.ª sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU), para examinar los aspectos legales y de derechos humanos del asesinato del general Qasem Soleimani en 2020 por Estados Unidos, con la participación de más de un centenar de diplomáticos y personalidades científicas y académicas.
Según un informe publicado este domingo sobre el evento, Abás Ali Kadjodai, jefe del comité especial de seguimiento legal e internacional del asesinato del mártir Soleimani, ha considerado este acto como un claro ejemplo de terrorismo, una acción criminal que viola gravemente los principios fundamentales del derecho internacional.
El titular iraní ha enfatizado que el asesinato del general Qasem Soleimani se llevó a cabo por orden del expresidente estadounidense, Donald Trump, en momentos en que se encontraba en Irak por la invitación oficial del Gobierno de este país.
“Este acto criminal es una violación flagrante de los principios fundamentales de los derechos humanos, al que se refieren varias disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, como el artículo 1 de este documento sobre amenazas a la paz, el artículo 2 sobre los principios que rigen las relaciones entre los Estados miembros de las Naciones Unidas, y el capítulo 6 de la Carta sobre la solución pacífica de controversias. Es definitiva la responsabilidad internacional del régimen estadounidense al violar todos los mencionados principios”, ha aducido.
Kadjodai ha agregado que la decisión del régimen estadounidense de recurrir a tal acción ilegal desacredita sus alegaciones en cuanto a la lucha contra el terrorismo, afirmando que el asesinato de Soleimani fue en realidad combatir contra una persona que había dedicado cuatro décadas de su vida a la lucha contra el terrorismo, un crimen que sirvió los intereses comunes de Estados Unidos, el régimen sionista de Israel, Daesh y otros grupos armados terroristas en la región de Asia Occidental; pues, de hecho, fue un gran regalo para Daesh y los grupos terroristas en la zona para matar a más personas inocentes.
“Todos los actores que directa o indirectamente participaron y apoyaron este magnicidio deben ser juzgados. La vista gorda de la comunidad internacional ante la responsabilidad del régimen estadounidense en violar la Carta de la ONU y otros principios del derecho internacional, no tiene otro resultado preocupante que la propagación de la inseguridad y la violencia en la región y el mundo, que conducirá, por su parte, a la vulneración de los principios fundamentales del derecho internacional”, ha criticado.
El 3 de enero se cumplieron tres años del asesinato del antiguo comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak, Abu Mahdi al-Muhandis, y otros militares, en un bombardeo de drones estadounidenses cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad, capital iraquí.
El mártir Soleimani llegó a Irak por una invitación del entonces primer ministro iraquí, Adel Abdolmahdi, y tenían previsto reunirse. No obstante, fue asesinado por orden directa de Trump, un crimen que reveló la verdadera imagen de los estadounidenses en la región, por lo que hay que perseguir este caso desde diversas dimensiones, incluyendo política, legal y jurídica.
