Al intervenir en la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el mandatario resaltó la necesidad de reestablecer una unidad que permita impedir que se prolonguen los cercos económicos y contribuya al respeto de la diversidad ideológica en democracias fuertes donde los derechos humanos estén garantizados.
Nuestra América, en los años en que Donald Trump gobernó Estados Unidos (2017-2021), sufrió un proceso de desintegración tremendo. La Unión de Naciones Suramericanas se desvaneció a medida que sus miembros se desvincularon por mandatos impuestos por Washington.
La Organización de Estados Americanos quedó al servicio de ese objetivo desintegrador convalidando un golpe de Estado en Bolivia, señaló el gobernante.
En un tiempo tan difícil como el que atravesamos, signado por un descontento social en el que encuentran eco los discursos de odio, estamos moralmente obligados a unir esfuerzos. Somos todos pasajeros en un mismo barco y tenemos un destino común que nos convoca. Nadie se salva solo, añadió.
Fernández aseveró que el fortalecimiento de los bloques regionales es imprescindible para alcanzar la equidad social y consolidar sociedades que a todos amparen y no promuevan la cultura del descarte.
Además, destacó la importancia del Mercado Común del Sur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y cumbres de este tipo para pensar soluciones a los desafíos actuales desde el multilateralismo e intercambiar experiencias.
Debemos trabajar para profundizar los lazos entre todos los espacios de integración en un marco que preserve la institucionalidad y respete los derechos. No hay solución desde el aislamiento, afirmó.
Por otra parte, agradeció el respaldo a la solicitud de Argentina de que Reino Unido acepte retomar las negociaciones sobre la soberanía de las Islas Malvinas, conforme a las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas y otros foros internacionales.
Consolidar la región y dejar de conectarnos con el resto del mundo desde la individualidad nos hará más fuertes. Cuando en mi país celebramos 40 años de democracia ininterrumpida, no abramos las puertas a los detractores del Estado de Derecho que destilan odio de sus bocas para desalentar a nuestros pueblos, concluyó Fernández.
