“La decisión de la Liga Árabe de ignorar las dudas de Estados Unidos refleja la disminución de la influencia de Estados Unidos en la región exportadora de petróleo”, aseveró el portal estadounidense en un informe publicado el domingo.
Según el texto, la medida también evidencia una creciente voluntad entre los aliados de forjar su propio camino político y construir lazos estratégicos más fuertes con los rivales de Estados Unidos.
Además, sostiene que dicha decisión podría ser una victoria para Irán y Rusia, que han apoyado militarmente al Gobierno del presidente Bashar al-Asad durante la crisis que atravesó el territorio sirio, pero afirma que este país necesita asistencia regional para restablecer las relaciones diplomáticas y recibir ayuda para su reconstrucción.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la Liga Árabe votaron el domingo durante su reunión en El Cairo, la capital egipcia, a favor del retorno de Siria al organismo, después de 12 años de suspensión.
Mientras varios países del mundo saludan este retorno, Estados Unidos indicó que el país árabe “no lo merece”, cuestionando la disposición de Bashar al-Asad para resolver la crisis resultante de la guerra en el país.
Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. dijo que Washington cree que sus aliados apuntan con este paso a comprometerse directamente con Al-Asad para impulsar la solución de la crisis siria.
“No creemos que Siria merezca la readmisión a la Liga Árabe en este momento”, dijo en abril Vedant Patel, el principal portavoz adjunto del Departamento de Estado norteamericano, agregando que Washington no normalizará las relaciones con Damasco.
La Liga Árabe nació en mayo de 1945 y es una alianza de más de 20 Estados miembros de Asia Occidental y norte de África con sede en El Cairo. La membresía de Siria, país fundador de esta organización, fue congelada en 2011, meses después del inicio de la guerra en esta nación.
Siria debería mandar al cuerno a la Liga Árabe, por la traición de 2011, y pedir la entrada plena en los BRICS.