Una joven estadounidense demandó al hospital que le extirpó los senos cuando tenía 13 años, afirmando que sus médicos la presionaron a someterse al procedimiento bajo la «creencia errónea» de que era transgénero.
Según el alegato judicial presentado este miércoles en un tribunal del estado de California por Kayla Lovdahl, que ahora tiene 18 años, se demandó a Kaiser Foundation Hospitals y cuatro de sus médicos por buscar lucrarse con su operación.
Los demandados «básicamente le entregaron a Kayla el talonario de recetas y permitieron que su ingenua, emocional e infantil montaña rusa de sentimientos dictara el llamado ‘tratamiento’ que recibiría», reza el documento.
En el mismo se da cuenta de que sus padres buscaron la ayuda de profesionales médicos, al no saber qué hacer cuando la niña les dijo que se sentía hombre cuando tenía 11 años, después de haber estado expuesta a ‘influencers’ en la Red, y que los profesionales le diagnosticaron rápidamente que era transgénero. A la edad de 12 años, tomaba bloqueadores hormonales y testosterona sin una evaluación psicológica adecuada, se afirma en el alegato.
En medio de las preocupaciones sobre las posibles cirugías, los médicos de Lovdahl le habrían dicho a sus padres: «Es mejor tener un hijo vivo que una hija muerta». Asimismo, se denunció que toda la evaluación para realizar la transición duró solo 75 minutos y que tal proceso fue un «abuso médico ideológico y con fines de lucro«.
En 6 meses, Lovdahl se sometió a una mastectomía doble, una decisión de la que ahora se arrepiente, la cual la dejó con «heridas físicas y emocionales profundas y arrepentimientos severos».
«No hay otra área de la medicina en la que los médicos extirpen quirúrgicamente una parte del cuerpo perfectamente sana e induzcan intencionalmente un estado patológico del mal funcionamiento de la glándula pituitaria basado simplemente en los deseos de un joven paciente adolescente», se agrega en el alegato.