«Se ha completado el desmantelamiento de los puestos de observación temporales a lo largo de la antigua línea de contacto entre las partes [azerí y armenia] en las regiones de Askerán, Martakert y Shusha», indica el comunicado.
El ente castrense aclaró que no se registraron violaciones del alto el fuego en la zona donde se encuentra el contingente ruso de mantenimiento de la paz.
Armenia y Azerbaiyán libraron dos guerras por Nagorno Karabaj desde que ese territorio, de población mayoritariamente armenia, decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán. La primera, en 1992-1994, terminó con la victoria de los secesionistas; durante la segunda, en 2020, Bakú recuperó varios distritos y el dominio militar sobre el terreno.
El 19 de septiembre, Azerbaiyán anunció el inicio de una «operación antiterrorista» en Nagorno Karabaj para lograr «la retirada de las tropas armenias» de ese territorio. A su vez, Ereván negó la presencia de sus tropas en la región y tachó la operación de «agresión» contra el pueblo de Nagorno Karabaj.
Al día siguiente, el Ministerio de Defensa azerí anunció que se había llegado a un acuerdo sobre una tregua en Nagorno Karabaj, cuyas condiciones incluyen, en particular, el desarme y la disolución de las formaciones ilegales armenias en la región.
El 21 de septiembre, representantes de Bakú y de la comunidad armenia de Nagorno Karabaj celebraron una primera ronda de negociaciones que se centró en temas de reintegración.
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Este 28 de septiembre, el presidente de la república rebelde, Samvel Shajramanián, decretó «disolver antes del 1 de enero de 2024 todas las instituciones públicas y organizaciones supeditadas a ellas» y anunció que la República de Nagorno Karabaj dejaría de existir.
Falta comentar que Pashinian, aconsejado por sus nuevos » amiguitos» europeos, en una reciente cumbre reconoció las fronteras de Azerbaiyán legales establecidas en 1991. Y de ahí que Aliev tenía caso legal para recuperar su territorio.