Juana Carrasco Martín (Juventud Rebelde).— Son tratados como enemigos, se les arrebata la inocencia, los juegos, la escuela, la libertad y hasta la vida. Son los niños palestinos de Gaza y de la Cisjordania ocupada… Ellos, quizá en todo el mundo, sufren las mayores injusticias, inequidades, desafueros y las peores penurias provocadas por un régimen de apartheid impuesto por Israel.
Como Yusef tienen un sueño: «mirar cualquier cosa de camino a la escuela, como pájaros y plantas»… «Quiero ver las cosas que siempre imagino. No quiero oler gas o ver a soldados por todas partes. No quiero tener miedo de salir a la calle. No quiero que mi madre tenga miedo a que pueda resultar herido o que pasee por las calles buscándome por temor a que los soldados israelíes me hayan herido». Así le dijo a Save the Children en 2022.
Yusef es uno en la lista de muertos de septiembre de este 2023, dijo esa organización no gubernamental (ONG). Cuando el almanaque marcaba el día 18, al menos 38 niños palestinos habían muerto a manos de las fuerzas de seguridad de Israel en Cisjordania.
En la rutina diaria de un férreo bloqueo militar impuesto a Gaza desde 2006, Israel está «prohibiendo el transporte y el envío de suministros médicos a los hospitales del enclave, poniendo en riesgo la vida de miles de pacientes renales», sostuvo el doctor Abu Mahdi, respetado médico palestino que denunciabpa a la prensa el pasado septiembre que los hospitales de Gaza casi se quedaron sin «filtros de diálisis, cánulas y tubos de transfusión de sangre», poniendo en peligro al menos a 1 100 enfermos renales, entre ellos 38 niños.
Apenas en la primera semana de octubre que ha concluido, y con más violencia que de costumbre, estas son evidencias de esa diaria existencia de ahogos perversos:
Domingo 1ro. de octubre: Día de los Niños Árabes, designado para honrar a Mohammed al-Durra, asesinado por el ejército israelí en Gaza durante la Segunda Intifada o Levantamiento Palestino en 2000, cuando solo tenía 12 años. Ellos ni siquiera habían nacido, tampoco cuando el régimen israelí impuso el asedio a Gaza en 2006, el bloqueo al pequeño territorio del que no pueden salir. Sin embargo, saben y sufren la injusticia —y se reunieron en protesta y denuncia frente a una oficina de las Naciones Unidas en Gaza—, por ellos y por sus padres, familiares, vecinos que viven el desempleo y la pobreza perenne que los marca.
«Los niños de Gaza queremos vivir en paz y libertad», se lee en el letrero que enarbola una niña de 12 años que usa su uniforme escolar, blanco y verde, que son los colores de la bandera de Palestina.
Lunes 2 de octubre: El Ministerio de Educación suspendió las clases en la aldea de Burka, al noroeste de la ciudad de Naplusa, en la Cisjordania ocupada, después de que un niño fuera herido por las fuerzas israelíes que asaltaron la escuela, donde irrumpieron disparando ráfagas reales y dejaron a decenas sufriendo por inhalación de los gases lacrimógenos. Las fuerzas israelíes también impidieron a los profesores el acceso a 27 escuelas en Masafer Yatta, situada al sur de Hebrón (Al-Khalil).
Miércoles 4 de octubre: Ocurrió en el barrio de Tel Rumeida, en Hebrón, las fuerzas de ocupación israelíes detuvieron a nueve niños palestinos de entre ocho y 13 años, cuando regresaban de la escuela a casa. Fueron llevados a un lugar desconocido, informó la agencia oficial de noticias palestina WAFA. Mientras, los colonos judíos ilegales celebran la festividad de Sucot. Los más recientes datos revelan que en los centros penitenciarios de Ofer, Megiddo y Damon, los cuales «carecen de las necesidades mínimas de vida e integridad humana», permanecen encarcelados 170 niños, sometidos a torturas y maltratos, según denunció la Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros. Save the Children dijo en julio de 2023 que el 86 por ciento soporta abusos físicos y emocionales y 42 por ciento sufrió lesiones de bala o fracturas óseas en el momento de la detención.
Israel, que en las últimas horas ha arreciado la hostilidad contra Palestina, tiene como financista de su maquinaria militar y cómplice en estos crímenes de lesa humanidad a Estados Unidos, lo que es vergüenza para una llamada civilización occidental que les apaña.
