Los migrantes que llegan de manera irregular a Italia se enfrentan a retos muy duros a la hora de satisfacer sus necesidades básicas después de abandonar los centros de acogida.
Casi un tercio de ellos luchan por conseguir alimentarse, según a una encuesta publicada este jueves por el grupo de ayuda Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) y basada en entrevistas a 598 personas que desembarcaron en las costas del país europeo en los últimos tres meses.
La pequeña isla sureña de Lampedusa presenta el cuadro más triste, con miles de migrantes hacinados tras llegar desde el norte de África.
“Más allá de Lampedusa y otros primeros puertos de llegada, el apoyo a las personas en movimiento es de difícil acceso o prácticamente inexistente mientras continúan su viaje hacia el interior”, reza el comunicado del IRC.
La encuesta arroja que casi la mitad de los entrevistados carecían de información sobre su situación legal en Italia, mientras que un 29 % no podía obtener suficiente comida.
“Puede llevar meses presentar una solicitud de asilo, lo que deja a las personas atrapadas en un estado de limbo legal en el que luchan por acceder a la educación, oportunidades laborales, vivienda y atención médica”, comentó Imogen Sudbery, directora principal del IRC para Europa, quien instó a la Unión Europea a acordar un enfoque “basado en la solidaridad y el reparto de responsabilidades”.
“Además de defender el derecho fundamental al asilo, los Estados de la UE deben ampliar las vías seguras para que las personas lleguen a Europa de manera que, en primer lugar, no se vean obligadas a arriesgar sus vidas en viajes peligrosos”, afirmó.
