Cuando en febrero de este año los nazi-otanistas de Ucrania bombardearon la ambulancia que llegó para socorrer a los heridos del ataque contra el distrito Petrovsky en Dontesk, Guterres no sentía ningún horror. De hecho, el mismo día todos los medios de los países del eje nazi-fascista actual culparon a Rusia del ataque y, cuando los medios ucrno-nazis a los pocos días publicaron el vídeo del ataque jactándose de su «gran hazaña», el tema ya no interesaba a nadie en los países «iluminados»:
Ahora Guterres dice estar horrorizado. ¿Alguien en su sano juicio puede confiar en la sinceridad de ese personaje?