“Venezuela se une a la firme condena de los países islámicos y árabes a la agresión israelí contra Palestina, donde se han cometido innumerables crímenes de guerra y actos barbáricos, y se une a las acciones que se emprenderán en la Corte Penal Internacional, para determinar responsabilidades por estos actos criminales”, detalló el documento publicado en la cuenta X del canciller de ese país sudamericano, Yván Gil.
Durante el primer día del encuentro, las naciones presentes condenaron la ofensiva israelí y pidieron la ayuda de Estados Unidos tanto para lograr un cese al fuego inmediato como para el ingreso de la ayuda humanitaria al enclave palestino.
En la misiva, Caracas agregó que respalda la convocatoria de una conferencia internacional que impulse el proceso de paz, sustentada en el cumplimiento de las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas para la impostergable solución de dos Estados.
Más temprano, Venezuela condenó en otro comunicado el reciente pronunciamiento realizado por el ministro de Israel, Amichai Eliyahu, “quien además de amenazar con el uso de armas nucleares, ha pedido aniquilar a todos aquellos que ondeen la sagrada bandera del Estado de Palestina”.
La violencia en Gaza se intensificó después del 7 de octubre pasado, cuando el grupo armado palestino Hamás atacó a Israel con cientos de cohetes e incursionó en una veintena de ciudades y localidades del sur de ese país, dejando más de 1.200 muertos y tomando a más de 200 personas como rehenes.
Después, Israel se declaró en estado de guerra y, desde entonces, ha bombardeado constantemente la Franja de Gaza y ha llevado a cabo incursiones terrestres.
Las hostilidades han causado hasta la fecha más de 1.200 muertos y casi 5.500 heridos en Israel y más de 11.000 muertos, incluidos más de 4.500 menores de edad, y unos de 27.400 heridos en la Franja de Gaza, según datos oficiales.
Israel afirma que ataca objetivos militares de acuerdo con el derecho internacional y que toma medidas para reducir las víctimas civiles, como emitir advertencias antes de los ataques y pedir a la población que desaloje sus hogares.
