Según un recorrido que hizo la agencia Reuters por calles de El Cairo, Egipto, sucursales de McDonald’s y de otras cadenas de comida rápida lucen desiertas.
Las marcas occidentales resienten el impacto en Egipto y Jordania, y hay indicios de que la campaña se está extendiendo a otros países árabes, como Kuwait y Marruecos.
Algunas de las empresas a las que se dirige la campaña han adoptado posturas proisraelíes y otras tienen vínculos financieros con Israel o con inversiones en ese país.
En Jordania, el boicot también estaría afectando a la cadena estadounidense de cafeterías Starbucks, donde los inconformes entran a las sucursales para pedirles a los pocos clientes que mejor consuman en otra parte.
Las campañas de boicot se han extendido en naciones donde el sentimiento pro palestino ha sido tradicionalmente fuerte. Egipto y Jordania firmaron la paz con Israel hace décadas, pero esos acuerdos no condujeron a un acercamiento popular.
Las protestas reflejan también una oleada de ira por una operación militar israelí más destructiva que las anteriores, que ha provocado una crisis humanitaria y la muerte de 13.300 civiles, según las autoridades de Gaza, gobernada por Hamás.
De acuerdo con la agencia, las anteriores campañas de boicot en Egipto, la nación más poblada del mundo árabe, tuvieron menos repercusión, incluidas las promovidas por el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), liderado por palestinos.