El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró a propósito de cumplirse el próximo 10 de diciembre los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que continúa el proceso de degradación del sistema internacional de defensa de esos derechos, cuyas instituciones, prácticamente controladas por Occidente, demuestran parcialidad política, hipocresía y selectividad flagrante.