El primer ministro Benjamín Netanyahu dijo en una reunión de su partido Likud que está trabajando para lograr la expulsión de los palestinos de Gaza y buscando países dispuestos a «absorberlos», informó Israel Hayom. «Nuestro problema son los países que están dispuestos a absorberlos, y estamos trabajando en ello», apuntó Netanyahu. Sus comentarios son la señal más reciente de que el objetivo final de Israel es limpiar Gaza de sus 2,3 millones de residentes palestinos.
Como siempre acostumbran a considerar a Estados Unidos y al Occidente como el universo donde los demás no importan ni cuentan, Netanyahu dijo que el mundo «ya está discutiendo las posibilidades de la inmigración voluntaria» y para «demostrarlo» señaló los comentarios de la ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, quien actualmente se postula para la nominación presidencial republicana de 2024. La Haley dijo la semana pasada que los palestinos en Gaza deberían migrar a países «pro-Hamás».
Con total desfachatez, Netanyahu expuso que se debe crear un equipo para «garantizar que aquellos que quieran salir de Gaza hacia un tercer país puedan hacerlo. Es necesario resolverlo. Tiene una importancia estratégica para el día después de la guerra».
El mes pasado, la ministra de Inteligencia israelí, Gila Gamliel, escribió un artículo de opinión para el diario israelí The Jerusalem Post pidiendo el «reasentamiento voluntario» de los palestinos de la Franja de Gaza en otros países del mundo. Dos miembros de la Knesset israelí escribieron un artículo de opinión similar para el estadounidense The Wall Street Journal, en el cual dijeron que las naciones occidentales deberían aceptar refugiados palestinos.
En busca de ese propósito de limpieza étnica, violatorio del derecho internacional y humanitario y considerado en esas convenciones como delito de genocidio, Netanyahu prometió ampliar las operaciones militares en Gaza y sobre el brutal asalto al enclave asediado, aseguró que no está cerca de terminar. «No vamos a parar. Seguimos luchando e intensificaremos los combates en los próximos días, y los combates durarán mucho y no están cerca de concluir», dijo.
Desde el martes, el ejército israelí amplia las operaciones terrestres en los campos de refugiados en el centro de Gaza después de que los ataques aéreos israelíes azotaran la zona. El jefe del Estado Mayor de las fuerzas militar de Israel, Herzi Halevi, dijo el martes que las operaciones israelíes en Gaza continuarán durante «muchos meses», recordó antiwar.com.
Los comentarios sobre el aumento de las operaciones y una guerra prolongada se producen después de que funcionarios estadounidenses dijeran que quieren que Israel concluya su actual fase de operaciones, que implica constantes ataques aéreos y ofensivas terrestres, y la transición a ataques más selectivos contra el liderazgo de Hamás.
Pero la realidad es que los ataques son indiscriminados y las víctimas son los civiles y en mayor proporción los niños y mujeres. Hasta el día 82 de esta guerra contra los palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, 20 915 palestinos han muerto y 54 918 han resultado heridos en el actual genocidio que comenzó el 7 de octubre.
Como puede verse, no hay indicios de que Israel esté escuchando los «consejos» de Estados Unidos, y la administración Biden continúa brindando ayuda militar incondicional, subrayó antiwar. Com.
Se conoce que 244 aviones de carga estadounidenses y 20 barcos han entregado más de 10 000 toneladas de equipo militar a Israel desde el 7 de octubre para apoyar la masacre en Gaza, informó el lunes el Canal 12 de Israel.
El apoyo de Estados Unidos ha sido crucial para la capacidad de Israel de mantener su implacable bombardeo de Gaza. El Washington Post informó el 9 de diciembre que, hasta esa fecha, Israel había lanzado más de 22 000 bombas proporcionadas por Estados Unidos sobre la Franja de Gaza.
El Pentágono se ha negado a revelar qué tipos de armas ha estado enviando a Israel, pero los informes de los medios han revelado algunos detalles. El Wall Street Journal informó el 1 de diciembre que Estados Unidos había enviado 15 000 bombas y 57 000 proyectiles de artillería de 155 mm desde el 7 de octubre.
Los envíos de bombas incluyen más de 5 000 bombas Mk84 de 2 000 libras, que Israel ha estado lanzando sobre zonas densamente pobladas de Gaza. Según un análisis del New York Times, durante las primeras seis semanas de la guerra, Israel arrojó rutinariamente bombas de 2 000 libras en zonas del sur de Gaza designadas como «seguras» para los civiles.
Se debe sumar al crimen que muchos más palestinos podrían terminar muriendo de hambre, ya que un informe reciente que utiliza datos de la ONU y otras agencias de ayuda que operan en Gaza encontró que más de 570 000 palestinos en la Franja están muriendo de hambre y enfrentan condiciones similares a las de la hambruna.