Hace unas semanas, el gobierno militar nigerino puso fin al acuerdo militar firmado entre ambas naciones y que permitía a miembros del ejército estadounidense operar libremente en su tierra.
La decisión sorprendió a los diplomáticos estadounidenses, que no pensaban que la expulsión pudiera ser tan repentina.
Su sorpresa es la misma cuando el vecino Chad anuncia que quiere seguir el ejemplo de Níger. A través de una carta enviada a los representantes de la embajada estadounidense, el gobierno chadiano amenaza con poner fin al acuerdo de seguridad (SOFA) que vincula a ambos países.
El documento fue enviado de forma bastante sorprendente y fue recibido de una manera clásica. Un documento firmado por el jefe del Estado Mayor de la fuerza aérea chadiana, Idriss Amin. Sin embargo, esto inusual, especialmente en un asunto tan importante que, generalmente, se entrega en mano.
Washington sospecha que Chad quiere renegociar el acuerdo existente para que le resulte más beneficioso.
Hay mucho en juego, hasta el punto de que el general estadounidense Langley visitó Chad en enero. Estuvo acompañado por el asesor principal de Africom, el sargento mayor Michael Woods. Ambos se reunieron con el general Abakar Abdelkerim Daoud, jefe del Estado Mayor del ejército chadiano, para discutir la cuestión de la influencia rusa y la seguridad en la región.
Estados Unidos está perdiendo cada vez más influencia en África. Recientemente un informe aconsejaba que Washington fuera más enérgico en la cuestión de los vínculos políticos y comerciales con los países africanos. Sin embargo, está sucediendo todo lo contrario.
