El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, denunció este miércoles el hambre y la difícil situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde las hostilidades entre el Ejército israelí y Hamás duran ya ocho meses.
En el comunicado, dirigido a los países del G7, Griffiths señaló que en el enclave palestino «se espera que la mitad de la población –más de un millón de personas– se enfrente a la muerte y el hambre a mediados de julio». El funcionario de la organización internacional afirmó que el conflicto en Gaza, como en otros focos de tensión alrededor del mundo, «está fuera de control» y «está empujando a millones de personas al borde de la inanición».
Además, Griffiths indicó que «los intensos combates, las restricciones inaceptables y la escasa financiación impiden a los trabajadores humanitarios suministrar alimentos, agua, semillas, atención sanitaria y otros tipos de asistencia vital a una escala cercana a la necesaria para evitar la hambruna masiva».
«Esto debe cambiar, no podemos permitirnos perder ni un minuto«, aseveró el funcionario, urgiendo a los países del G7 a «aportar inmediatamente su considerable influencia política y sus recursos financieros» para garantizar que la ayuda humanitaria pueda llegar a quienes la necesitan a pesar de los combates. «El mundo debe dejar de alimentar las máquinas de guerra que están matando de hambre a los civiles de Gaza y Sudán», subrayó.
¿Qué nos pasa? La deshumanización avanza irreversible hacia la destrucción total en Palestina. Los ojos del mundo miran donde interesa que fijen esa mirada. Si los que pueden impedir el genocidio no hacen nada para evitarlo, ¿qué hacemos la humanidad entera, con las instituciones internacionales sordas, mudas y ciegas?