La cita prevista a celebrarse en dos jornadas contará en esta ocasión con representantes del gobierno de facto mientras la Organización de Naciones Unidas (ONU) intenta crear oportunidades de diálogo.
Aunque los críticos del organismo consideran alarmante la ausencia de representantes de la sociedad civil, la ONU lo califica un primer paso para avanzar con quienes controlan el país asiático.
En recientes declaraciones a la prensa, la jefa de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán, Roza Otunbayeva, reconoció la importancia de que la comunidad mundial entable un diálogo directo con los talibanes.
Tras informar al Consejo de Seguridad sobre la sensible situación humanitaria para los afganos, la enviada sugirió que los encuentros podría crear oportunidades para que las mujeres afganas participen en futuras conversaciones.
El encuentro que iniciará este domingo es la tercera sesión del denominado proceso de Doha, el primero en el que participarán los representantes talibanes.
Otunbayeva anunció consultas con los representantes de la sociedad civil de dentro y fuera de Afganistán antes de la reunión así como otros encuentros con enviados internacionales especiales un día después de que termine.
Sobre el contexto en los últimos tres meses, la enviada aseguró que los afganos permanecen aún más vulnerable a los desastres naturales que los golpean con fuerza por los altos índices de pobreza.
Las medidas adoptadas contra las mujeres también impactan en su ingreso económico y en las finanzas familiares al tiempo que privan al país de un capital humano vital para aplicar la propia política de autosuficiencia de los talibanes, consideró.
La titular de Naciones Unidas en el país insistió en la necesidad de fortalecer el apoyo al país, fuertemente impactado además por el cambio climático.
Un acuerdo de los interesados solo ocurrirá si hay una gran flexibilidad entre las partes y una voluntad política más clara para ir más allá de la gestión de las crisis, aseveró.