Los gobiernos occidentales no pueden esperar para enfrascar en una pelea a los bielorrusos, opinó este martes el presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, en una conversación con el presidente de la Duma Estatal de Rusia, Viacheslav Volodin, en Minsk.
A juicio del mandatario, así lo hacen para que las tropas bielorrusas se extiendan a lo largo de la frontera, se haga imposible la resistencia y para escalar la tensión “hasta un grado en que todo el mundo se estremezca”, recoge la agencia Belta. Se trata de una “situación muy grave”, que no permite relajarse “en ningún caso”, resumió.
Además, Lukashenko, en una asamblea durante este 2 de julio, aportó a la caracterización de la actualidad en torno a Bielorrusia reprobando a los “herederos ideológicos y directos” de los invasores nazis de la época de la Segunda Guerra Mundial. “Para ellos, no se acabó nada en 1945”, dijo. “Creen de nuevo que se puede cultivar el nazismo en alguna parte, más allá de su casa, y mantener a ese monstruo a correa corta”, criticó. “No se dan cuenta nuevamente de que esa bestia es incontrolable, se desprenderá, llegará por ellos, a sus casas”, agregó con referencia al neonazismo.
Después de la victoria en 1945, Lukashenko recordó que no eran los soviéticos quienes ordenaron la construcción de monumentos a los héroes libertadores en países como Polonia, donde hoy en día se ordena demoler esos monumentos. “Lo hizo el pueblo polaco, las personas que veían cuántos soldados soviéticos habían caído liberando Varsovia“, afirmó el presidente.
Lukashenko sostuvo también que la conducta posterior de los vencedores era equilibrada, y tendieron “la mano a todos los países de la alianza hitleriana priorizando la vida pacífica y la buena vecindad ante el dolor que nos habían causado”. Se solía elegir palabras en las fechas conmemorativas “para no afectar a los sentimientos nacionales de los alemanes, los austríacos, los checos, los rumanos, los bálticos y los hermanos ucranianos”, recordó. “Se hablaba de los verdugos que habían pisoteado la tierra bielorrusa como personas sin rostro ni ciudadanía”. El político lamentó que eso haya llevado a la revisión de los resultados de la guerra.
Ahora, considera el mandatario, el mundo vuelve a estar “al borde de otro desastre global” y se trata de una nueva “cruzada” contra el Este.
