Budapest ha seguido una postura independiente de Bruselas sobre el conflicto ucraniano.
Los llamamientos del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, a que se permita a Ucrania ataques en profundidad al territorio ruso con armas occidentales, han recibido críticas por parte del ministro húngaro de Exteriores, Peter Szijjarto.
“El ministro Szijjarto […] criticó al saliente alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, quien pide que se envíen más armas a Ucrania e incluso sugiere que estas armas suministradas por Occidente deberían usarse para ataques profundos en territorio ruso”, escribió en su cuenta de X el portavoz de la Oficina del primer ministro húngaro Viktor Orbán, Zoltan Kovacs.
La semana pasada Borrell abogó por otorgar permiso al régimen de Kiev para usar armas occidentales a fin de atacar directamente a Rusia, asegurando que eso ayudará a avanzar hacia la paz y salvar vidas.
Esas declaraciones las hizo en medio de los constantes ataques ucranianos con drones y misiles contra la población civil de diferentes provincias rusas y la incursión de las tropas del régimen de Kiev en la provincia de Kursk, que siguen siendo contrarrestadas por las Fuerzas Armadas del país euroasiático.
Previamente, varios países occidentales permitieron a Ucrania usar sus armas para tales fines. No obstante, no todos los Estados aliados del régimen de Vladímir Zelenski dieron luz verde. A su vez, EE.UU. permitió lanzar ataques solo contra territorios rusos cercanos a la zona de conflicto.
A pesar de las presiones de Bruselas, Budapest ha conducido una política independiente sobre el conflicto ucraniano, priorizando la paz, y dialogando tanto con Kiev como con Moscú.