Marcela Rivera (Sputnik).— En entrevista exclusiva con Sputnik, el general de Ejército recordó el origen constitucional de sus fuerzas que nacen con la Revolución Popular Sandinista; las amenazas a la soberanía que deben de enfrentar sus miembros, así como el impacto directo que recibieron sus fuerzas del “golpe suave” organizado por la oposición de este país en 2018, pero reconocido después como un golpe de Estado fallido.
“En lo fundamental estamos hechos para la defensa de la soberanía, nuestra independencia, nuestra autodeterminación y nuestra integridad territorial; esa es para nosotros la principal misión, una misión que siempre hemos tenido y que a estas alturas, 45 años ya, está expresada en la Constitución de la República y en otros cuerpos de leyes”, manifestó Avilés.
En este punto, agregó que el actuar militar se divide en el cumplimiento de las misiones, con un alcance estratégico de la nación, así como tareas de apoyo para el desarrollo de su país, las que están sustentadas en la carta magna de Nicaragua.
EEUU, promotor del golpe
Este es el “basamento sólido” que le permite a las Fuerzas Armadas la respuesta a procesos de “desestabilización” contra el Gobierno de Nicaragua, inoculados con intereses extranjeros para crear el descontento popular, mediante acciones criminales financiadas directamente por Estados Unidos a través de organizaciones no gubernamentales (ONG) o estructuras gremiales, sociales o empresariales, relató el general Avilés.
En este contexto, Nicaragua ha denunciado las pretensiones de EEUU sobre su territorio desde inicios del siglo XX, ante la ocupación de marines norteamericanos que fueron expulsados en 1933, por el héroe nacional Augusto C. Sandino (1895-1934) al frente del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, precursor de los principios y valores de las Fuerzas Armadas nicaragüenses.
“En este caso, los Estados Unidos financiaron aquí a todos estos organismos, ONG’s y entonces juegan millones por millones [de dólares], por borbollones pues, entonces decíamos nosotros que este es un tipo de guerra nueva, son guerras nuevas que generan descontento para generar desestabilización”, agregó el alto mando militar.
La violencia dirigida por la oposición en el año 2018, obligó al presidente Daniel Ortega ordenar al Ejército proteger los objetivos estratégicos del país como las fuentes de agua potable, energía, telecomunicaciones, hospitales, las bodegas de alimentos bajo resguardo del Estado y el inventario de medicamentos del Ministerio de Salud, entre otras instituciones prioritarias para el funcionamiento del Estado.
“Campañas feroces contra el Ejército”
“Imagínese que si no hubiéramos actuado a tiempo, el nivel de costo que hubiera significado para nuestra nación que todas esas fortalezas, en estos objetivos estratégicos, hubieran desaparecido o se hubieran visto afectados. Aquí hubo daños irreparables, como las pérdidas de vidas humanas y el ataque contra la institución fue feroz”, declaró.
Según él, la movilización de las tropas militares de Nicaragua en 2018 para la protección de objetivos estratégicos fue usada por el golpismo para diseminar información falsa, “generar descontento en la población y desoír las acciones del Ejército”, haciendo creer por redes sociales que la institución militar había salido a las calles a reprimir a la población, aseguró Avilés.
Esto provocó “campañas feroces” contra los miembros del Ejército, mediante la criminalización de las tropas a través de medios de comunicación y redes sociales, así como el ataque físico para provocar su desmoralización y deserción, aseguró.
“Aquí nos apalearon compañeros, en Masaya (oriente) nos agarraron compañeras, las garrotearon como a mucha gente y entonces nosotros en esas circunstancias, con una presión y un bombardeo mediático y en las redes sociales, buscando como fraccionar esta institución, cosa que no pasó; nosotros comprendiendo cuál es el instrumento del cual más se valen [los opositores], que es la manipulación de información, la manipulación de la mente de los seres humanos”, reveló Avilés.
“Sabemos cuáles son nuestros roles”
Ante la situación de crisis que vivía Nicaragua, la comandancia militar movilizó a altos mandos a recorrer el país para informar y mantener cohesionada sus tropas.
“Nos reunimos en formación de soldados, pelotones, compañías, batallones para mantener cohesionada la institución y regirnos por lo que mandata la Constitución; la Constitución dice que nosotros somos subordinados al presidente de la República, este es el gobierno legítimamente constituido y nosotros obedecemos al presidente de la República”, sentenció.
En este sentido, dijo, sobre el Ejército de Nicaragua existe un ataque constante por parte del golpismo en el extranjero, que llama a Washington a amenazar y sancionar al cuerpo militar de esta nación latinoamericana.
“Todos esos llamados que hacían constantemente [los opositores] a que solucionáramos cosas que no tenemos que solucionar nosotros [el Ejército], entonces ahí vienen las presiones, las amenazas y las sanciones, creyendo que con esas sanciones y con esas amenazas nos van doblegar o nos van a hacer titubear o dudar de lo que somos, bajo ningún punto de vista, pues nosotros nos mantenemos firmes y cohesionados. Sabemos cuáles son nuestros roles y sabemos cuáles son las autoridades que tenemos legítimamente electas y legítimamente constituidas”, dijo Avilés.
Patrullaje constante
En estos 45 años de existencia del Ejército, el general Avilés valoró como fundamental el resguardo del territorio en las fronteras, ríos y mares ante las pretensiones y controversias que este país ha vivido con sus vecinos próximos y lejanos.
Manifestó como “cosas juzgadas” los diferendos internacionales de Nicaragua, resueltos por la Corte Internacional de Justicia de La Haya por los diferendos territoriales con Honduras, Costa Rica y Colombia.
Sin embargo, señaló el patrullaje constante en las costas del Pacífico, el Caribe y el Río San Juan (en el borde fronterizo con Costa Rica), para hacer valer la soberanía nacional.
“No solamente se trata de patrullar. Además de la presencia física en esos espacios que nos pertenecen, también hay que hacer valer la ley de los nicaragüenses. Y en eso estamos en nuestro soberano el Río San Juan, en los límites del mar, nadie nos va a detener a nosotros en el cumplimiento de la operación Misión Paz y Soberanía General Sandino de navegar y hacer valer la ley nicaragüense, en esos amplios mares del Caribe que nos reconoció la Corte Internacional de Justicia en 2012”, puntualizó el jefe castrense.
“Las pandillas nacieron en EEUU”
Nicaragua goza del reconocimiento internacional por mantener los índices de criminalidad y la tasa de homicidio entre los más bajos del continente, con seis fallecidos por cada 100.000 habitantes.
No obstante, para el general Avilés, el clima de “tranquilidad” del que goza el país centroamericano se desprende de la estrategia nacional de seguridad, llamada “muro de contención”, que cuenta con un “anillo estratégico” que involucra medios y fuerzas para evitar que este territorio se convierta un puente del trasiego de drogas y armas entre el sur y norte de América.
“Cuando yo digo el primer anillo estratégico de la seguridad del país, son las fronteras terrestres, son los límites del mar, al norte, al sur de nuestro territorio y es nuestro espacio aéreo. Nosotros tenemos que hacer un esfuerzo significativo ahí porque es mejor luchar en ese espacio antes que tener afectaciones severas a la seguridad de la patria, porque nosotros debemos estar claros de que Nicaragua está en el centro de América”, añadió Avilés.
Para él, todas las expresiones del crimen organizado son un amenaza permanente en Nicaragua, porque este país está flanqueado por naciones centroamericanas, que siguen batallando contra el trasiego de drogas, armas y personas.
“Ni las mismas pandillas nacieron en Centroamérica: nacieron en los Estados Unidos. Entonces nosotros estamos con un norte consumiendo altas cantidades de drogas y un sur produciéndolas. Un norte donde están los carteles que la transitan. Es ahí donde cabe la estrategia de país que se diseñó como el muro de contención. De tal manera que nosotros somos categóricos en decir que somos el país más seguro de la región”, puntualizó el general Avilés.
El muro de contención del crimen organizado en Nicaragua desvía unas 800 toneladas de cocaína por año, de un estimado de 3.000 toneladas que transitan por la región.