El artículo toma como punto de partida el envío de una carta por parte de una docena de legisladores, tanto republicanos como demócratas, al presidente Biden, en la que se insta al mandatario abordar “el uso de drones agrícolas fabricados en China”.
En la misiva, los representantes estadounidenses afirman que estos vehículos aéreos, que han sido adoptados por productores agrícolas en todo el mundo por su bajo costo y alta efectividad en tareas tan disímiles como fertilización, siembra o mapeo de los terrenos, son en realidad parte de un presunto complot para robar datos y tecnología agrícola de parte de Pekín.
Esta acusación, señala el diario, es tan absurda que no vale la pena de ser refutada, pero sí exhibe la “ridícula ignorancia” de algunos legisladores en EEUU y la veta anti-intelectual que está permeando hasta en las principales instituciones del país norteamericano.
La realidad, dice el medio, es que existe una importante cooperación entre China y Estados Unidos en tecnología agrícola.
“La firma del Acuerdo de Cooperación Científica y Tecnológica entre Estados Unidos y China se basó en los intercambios de tecnología agrícola. Según Karen Mancl, profesora emérita de la Universidad Estatal de Ohio, desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, más de 2.100 científicos agrícolas estadounidenses han visitado China, y un número casi igual de científicos chinos ha visitado granjas y laboratorios estadounidenses”, recuerda el diario.
“Este intercambio de experiencia ha ayudado a ambos países a convertirse en superpotencias alimentarias mundiales”, señala la experta en la nota.
En ese sentido, el Global Times afirma que durante la Mesa Redonda Agrícola entre Estados Unidos y China, realizada en el mes de junio de este año, expertos y representantes de ambas partes reconocieron el enorme potencial para una mayor cooperación en el desarrollo y utilización de tecnologías agrícolas avanzadas.
Pese a que la agricultura suele ser una de las áreas menos asociadas con la competencia entre grandes potencias, en los últimos años, algunos legisladores estadounidenses han lanzado acusaciones sin fundamento de que este terreno también representaba “riesgos de seguridad” para Washington y las empresas del país norteamericano, afirma el medio chino.
“Esto refleja una falta de material sustancial [por parte de EEUU] para mantener la narrativa de la amenaza china, lo que ha llevado a una serie de mentiras sobre supuestos imanes chinos en aviones de combate estadounidenses, grúas en puertos estadounidenses y drones sobre tierras agrícolas estadounidenses”, advierte el editorial, que añade que estos políticos han acusado a China de comprar tierras estadounidenses y querer robar el diseño de semillas genéticamente modificadas.
La verdad subyacente en estas acusaciones falsas no es difícil de decodificar, afirma el diario, que advierte que el peligro real de este nuevo capítulo de la campaña anti-China de Washington reside en que las “soluciones” propuestas por estos legisladores implican invariablemente barreras comerciales cada vez mayores e incluso un “desacoplamiento” extremo.
“Las personas han visto que cualquier campo tocado por la narrativa de la supuesta amenaza china generalmente ve a los ciudadanos comunes o los profesionales sufrir las consecuencias”, afirma el editorial.
Un artículo reciente de la revista Newsweek, titulado “La agricultura estadounidense no puede permitirse otra guerra comercial con China”, señaló que de 2018 a 2020, los agricultores estadounidenses afrontaron “pérdidas devastadoras” debido a la guerra comercial con China impulsada por Washington y que “la idea de imponer nuevos aranceles a los productos chinos es peligrosamente equivocada.”
En ese sentido, la nota recuerda que Estados Unidos planeaba imponer un arancel del 25% a las grúas de fabricación china, pero que esta medida encontró una fuerte oposición dentro de la industria local. Las opiniones profesionales creen que si Estados Unidos insiste en imponer estos aranceles, señalan, los puertos estadounidenses tendrán que comprar grúas a China a un costo mayor o recurrir a la compra de alternativas de menor calidad.
“No es difícil imaginar que si los drones agrícolas también se consideran una amenaza y se promulgan medidas de exclusión, el resultado será similar: una elección entre opciones más caras e inferiores”, advierte el Global Times.
Los agricultores estadounidenses están aumentando gradual y constantemente el uso de drones fumigadores, afirma el diario. Solo en 2023, los drones pulverizadores agrícolas cubrieron la cantidad de casi 15 millones de metros cuadrados a lo largo de 41 estados, y la mayoría de los vehículos aéreos utilizados para la tarea se fabricaron en China. Si se imponen sanciones a los drones chinos, obviamente se estará yendo en contra de los intereses de los agricultores estadounidenses.
“China y Estados Unidos son los principales países agrícolas del mundo. La comunidad mundial espera una mayor cooperación entre las dos naciones para abordar el cambio climático, la seguridad alimentaria y las enfermedades animales y vegetales. (…) Los drones tienen el potencial de convertirse en un proyecto beneficioso para todos para la cooperación agrícola entre China y Estados Unidos y no deberían ser víctimas de una mentalidad obsoleta de la Guerra Fría”, concluye el mensaje del Global Times.