José Negrón Valera (Sputnik).— “En este instante, hace 20 minutos, fue capturado otro ciudadano de origen norteamericano, que lo veníamos siguiendo. Fue capturado aquí en Caracas tomándole fotos a instalaciones eléctricas, a las instalaciones petroleras, a unidades militares”, detalló el también vicepresidente de Política, Seguridad Ciudadana y Paz. Agregó que el detenido había estado varias veces en Venezuela y que fue aprehendido gracias a la colaboración de ciudadanos venezolanos.
Hace un par de días, Cabello habría dado detalles de la desarticulación de una conspiración terrorista que pretendía desestabilizar a Venezuela. La denuncia, reveló la existencia de un plan que incluía la adquisición de 400 armas de fuego de uso militar, por parte de actores vinculados a grupos mercenarios internacionales, incluido integrantes de la fuerza de operaciones especiales estadounidense, Navy Seals.
En entrevista con Sputnik, el investigador Diego Sequera, fundador del think tank Misión Verdad, brindó su perspectiva sobre estos hechos y lo que representan para el futuro inmediato de la nación suramericana.
Un patrón recurrente en la historia de las agresiones a Venezuela
Para Sequera, el primer punto a destacar es la “definición ya completa, sin ningún tipo de discusión semántica” de lo que significa la frase electoral de la oposición venezolana y que se resumía a la frase “hasta el final”.
Según el investigador, esta conspiración se inscribe en un marco de presión internacional en el que figuras de la oposición venezolana, como María Corina Machado, juegan un papel significativo.
En este contexto, Sequera afirma: “La única manera en que se emparejaran la presunta dureza de sus palabras (las de María Corina Machado) con lo que estamos viviendo era justamente con acciones de fuerza, bien sean físicas… militares, o bien sean de carácter cibernético, o bien sean también de percepción y de discurso”.
Esto, según el investigador, refuerza la idea de que la política de oposición venezolana no solo busca deslegitimar al gobierno de Nicolás Maduro, sino que pretende accionar métodos más directos para lograr sus objetivos.
Sequera también subraya que este tipo de conspiraciones no son nuevas ni espontáneas y representan un segundo elemento a tomar en cuenta.
“Estamos hablando de un tipo de operación de naturaleza encubierta… algo que ha persistido en la historia de los Estados Unidos desde la creación del Consejo Nacional de Seguridad y la CIA en 1947”, sostiene, señalando que aunque ciertos elementos han cambiado, la estructura fundamental de las acciones encubiertas sigue siendo la misma, con la participación de actores privados que ejecutan estos planes bajo el amparo de figuras políticas estadounidenses.
Sequera advierte que la participación de actores privados en este tipo de operaciones es parte de lo que se conoce como la “tercia optio”, o tercera opción, utilizada cuando fallan las vías diplomáticas y militares tradicionales. “La diferencia está en la iniciativa y en las formas en que participan otros actores que no necesariamente sigan o son asociados con una línea oficial”, señala.
Las conexiones de Trump y las posibles repercusiones de su retorno al poder
Al abordar la posible vuelta de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, Sequera destaca la imprevisibilidad del exmandatario, quien, según él, dice muchas cosas que “nunca termina haciendo”. Sin embargo, Sequera considera que figuras como Mike Pompeo, John Bolton y Eric Prince, mercenario y creador de la empresa militar privada Blackwater, podrían volver a ser protagonistas en caso de que Trump retome el control del gobierno estadounidense.
Para Sequera, los vínculos entre estas figuras y sectores energéticos, como ExxonMobil, son esenciales para entender las dinámicas de poder en América Latina, y en particular, las tensiones en torno a Venezuela.
“Pompeo está haciendo lobby en Guyana, de Exxon y de todo lo demás. (…) Además que él está vinculado a los hermanos Koch, a toda la estructura de los Koch, que incluye temas energéticos e incluye también la Red Atlas, es decir, una cantidad de centros libertarios en toda América Latina”, añade.
Asimismo, advierte sobre el uso continuado de las sanciones económicas como herramienta de presión por parte de actores estadounidenses, que buscan explotar las debilidades estructurales de Venezuela. Sequera destaca que figuras como María Corina Machado se benefician de una estrategia mediática que, desde el exterior, presenta a Venezuela como un estado fallido, a pesar de los esfuerzos del gobierno por mantener la estabilidad.
Tensiones internas en EEUU y el escenario latinoamericano
Sequera consideró que las tensiones internas dentro de Estados Unidos en relación con Venezuela, dejan en claro que la cuestión venezolana siempre ha sido un tema bipartidista en la política estadounidense. “La discusión sobre Venezuela nunca va a ser de fondo. Las grandes diferencias y los grandes choques son de forma”, afirma, destacando como tanto demócratas como republicanos han adoptado una postura agresiva hacia el gobierno de Maduro.
Estas tensiones, según Sequera, se exacerban en el contexto de las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense, las cuales, aunque han tenido efectos secundarios negativos sobre la economía venezolana, no han logrado su objetivo principal: “Realinear el país a los intereses estratégicos de los Estados Unidos”. A su juicio, este fracaso ha sido más evidente durante la administración de Joe Biden, quien ha intentado retomar las negociaciones energéticas con Venezuela en medio de la crisis energética global causada por el conflicto en Ucrania.
A juicio de Sequera, ante la debacle de la oposición interna en Venezuela, surgen también actores externos que vienen a cumplir una función de punta de lanza en el ataque contra la nación suramericana, en especial Javier Milei desde Argentina. En un contexto donde Venezuela busca una membresía plena ante los BRICS, se abre un paisaje de actores heterogéneos en la región a los cuales debe prestársele máxima atención.
“Sigue sin ser el panorama que había y que permitió la creación del grupo de Lima. Sin embargo, en Latinoamérica se evidencian tres líneas de actores en tensión: una libertaria, depredadora completamente subordinada, suicida hasta cierto punto. La ‘troika de la tiranía’, diría Bolton, donde estamos los países que no han cedido ante concesiones que pueden comprometer al país de verdad, Venezuela, Nicaragua y Cuba, con los problemas que eso trae también. Y una línea muy indeterminada de gobiernos más del tipo progresista que estamos viendo también su factura en estos momentos”, explica Sequera.
Por último, el investigador considera que si Venezuela lograra obtener un puesto pleno en los BRICS, el país podría asumir un rol geopolítico más destacado. Según Sequera, esto sería posible debido a la “no ambigüedad” en la política exterior venezolana, caracterizada por su firmeza y “en el arrojo, además, que siempre ha tenido la Venezuela chavista en materia diplomática, o sea, su audacia. Lo cual es una gran garantía para cualquiera de sus socios estratégicos”, concluye.