Los Juegos Olímpicos de París 2024: Espectáculo, Desigualdad y Geopolítica

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Las Olimpiadas, han sido presentadas como una celebración del espíritu humano, la superación personal y la fraternidad entre naciones. Sin embargo, ocultan tras su fachada deportiva una profunda red de intereses.

Detrás de la grandiosidad y el espectáculo mediático, se esconde una realidad marcada por desigualdades, contradicciones y tensiones geopolíticas que no pueden ser ignoradas.

Mientras en París se celebra el deporte, más de 400 deportistas palestinos han sido asesinados en los últimos meses debido a los bombardeos israelíes, muchos de ellos mientras se preparaban para estos Juegos. Este contraste entre la celebración de los ideales olímpicos y la cruda realidad de la violencia y la opresión en Palestina expone la hipocresía del mundo occidental, que por un lado promueve la paz y la unidad a través del deporte, pero por otro lado, apoya directa o indirectamente las políticas genocidas  de Israel. La insistencia en mantener a Israel en los Juegos, a pesar de las solicitudes de exclusión debido a sus crímenes, y la expulsión de Rusia “por los mismos motivos” es un reflejo del doble rasero que caracteriza la política capitalista internacional.

Las Olimpiadas como Herramienta de Imperialismo Cultural es uno de los aspectos más evidentes de París 2024 por parte del imperialismo norteamericano y europeo. A través de la cobertura mediática, la publicidad y la narrativa dominante, se promueven las historias de superación personal y éxito que se difunden masivamente reforzando la ideología del individualismo y el mérito, ocultando las condiciones materiales de los deportistas que permiten o impiden tales logros.

Ocultando a su vez el mérito  de países empobrecidos por el imperialismo como es el caso del deportista Cubano Mijaín López. La proeza  del luchador cubano le ha convertido en el primer atleta en ganar cinco medallas de oro consecutivas en la misma prueba en unos Juegos Olímpicos, (tras su histórica victoria, anunció su retirada del deporte, dejando sus zapatillas en la lona y recibiendo una ovación del público). Quien ya dedicara su primera medalla olímpica  al Comandante Fidel, en sus declaraciones, expresó su felicidad por alcanzar un logro tan esperado por él, el pueblo cubano  y su familia.

Esta narrativa individualista es funcional al sistema capitalista, ya que desvía la atención de las desigualdades estructurales y promueve la idea de que el éxito está al alcance de cualquiera, “siempre y cuando se esfuerce lo suficiente”; presentando a las Olimpiadas como una celebración de la “libertad”, la “competencia justa” y la “igualdad de oportunidades”. Sin embargo, estos valores son una fachada que oculta las profundas desigualdades estructurales y la explotación.

El ejemplo más visible de esta explotación de los trabajadores es la construcción de infraestructuras olímpicas. En muchas ocasiones, en condiciones precarias y con bajos salarios, mientras que los beneficios de estas obras son acaparados por las élites locales y las empresas multinacionales. Además, la gentrificación* y el desplazamiento forzoso de comunidades empobrecidas son prácticas comunes en las ciudades que albergan los Juegos, así en  vísperas  de los suyos, París expulsó y deportó  en autobús a diferentes ciudades, como Estrasburgo y Orleans,  sacando a los pobres del centro de la capital para ocultar la miseria a los ojos de los turistas y mantener la imagen idílica de París.

Estos ejemplos de desigualdad no son meros accidentes, sino que están profundamente arraigados en las dinámicas del capitalismo global, donde el beneficio y la acumulación de capital son prioritarios sobre el bienestar humano. Desde un enfoque marxista-leninista, este fenómeno es una manifestación directa de la lucha de clases, donde las élites utilizan el Estado y sus aparatos para imponer sus intereses a expensas de la clase trabajadora.

Las Olimpiadas no son meramente un evento deportivo, sino una manifestación clara de las dinámicas de poder y la lucha de clases en el contexto del imperialismo global. Los Juegos Olímpicos, lejos de ser un símbolo de paz y unidad, son utilizados por las potencias capitalistas para imponer su hegemonía, explotar a la clase trabajadora y perpetuar la desigualdad global.

A través del espectáculo deportivo, se desvía la atención de las masas de las injusticias y desigualdades que persisten en sus vidas cotidianas. El espectáculo olímpico sirve para canalizar la energía y el descontento social hacia un evento que, aunque momentáneamente emocionante, no ofrece ninguna solución a los problemas estructurales que el capitalismo les impone. En lugar de movilizarse por cambios sociales profundos, las masas son entretenidas y neutralizadas mediante la ilusión de la competencia y el nacionalismo.

Lejos de ser un espacio neutral, las Olimpiadas están profundamente imbricadas en las dinámicas del imperialismo, la comercialización y el control social. Es crucial desenmascarar estas prácticas y trabajar hacia un futuro donde el deporte pueda ser verdaderamente un bien común, libre de las cadenas del capital.

La resistencia y las luchas sociales continúan siendo un recordatorio de que otro mundo es posible, uno donde el deporte y la humanidad no estén subordinados a los intereses de la Oligarquía.

En última instancia, los Juegos Olímpicos de París 2024 no son solo un evento deportivo, sino un microcosmos de las tensiones y contradicciones de la sociedad capitalista contemporánea. La glorificación del espectáculo y la competición, la explotación económica y laboral, la hipocresía política y el impacto ambiental son todos síntomas de un sistema que antepone el beneficio y el poder sobre los principios de igualdad, justicia y sostenibilidad.

Es esencial que, prestemos atención a la necesidad de un cambio profundo hacia una sociedad de justicia social plena, sin explotadores,… pongámonos manos a la obra.

Recogemos como ejemplo para aquellos que buscan un cambio social real  la intervención en una mesa redonda sobre las Olimpiadas en el 2004, de Fidel Castro Ruz Comandante eterno de los y las humildes del mundo y líder histórico de la Revolución Socialista Cubana:

“Hay que recordar que el objetivo fundamental de nuestro sistema de educación física y deportes, no es ganar medallas sino la salud de todo el pueblo. El deporte es precisamente una actividad saludable y recreativa de gran valor y las medallas olímpicas un subproducto”. Fidel

MYGO

*Gentrificación según la RAE: Renovar una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, mediante un proceso que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de mayor poder adquisitivo.

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