La JCPE inicia este curso 24/25 con una nueva campaña estudiantil que aborda una problemática hasta ahora no tratada a fondo por la Juventud: los másteres habilitantes. Bajo el lema “No son habilitantes, son elitistas”, la JCPE se opone al actual modelo que propone la obligatoriedad de un máster para poder ejercer la profesión para la que la o el estudiante ha debido de superar un grado universitario.
A pesar de que la obtención de estos másteres responde más a una cuestión burocrática y clasista que académica, no es de extrañar que se imponga, pues responde a un modelo universitario burgués que perfeccionó su carácter empresarial con el Plan Bolonia.
Tras la implantación de este modelo, para ejercer la docencia en Secundaria, Bachillerato y FP es necesario el MAES; para ejercer como abogada o abogado, el Máster de Acceso a la Abogacía; para desempeñar la psicología, el Máster en Psicología General Sanitaria; para la arquitectura, el Máster en Arquitectura… Y continúa una lista de profesiones para las que, además del grado universitario correspondiente, es necesaria una transacción bancaria más.
Como decimos, estos másteres habilitantes son imprescindibles para poder optar a determinados puestos laborales; sin embargo, sus características no se adecúan la obligatoriedad que suponen: son costosos, implican desplazamientos no cubiertos y tanto sus altas notas de corte como sus escasas plazas hacen que acceder a ellos sea dificultoso. Además, sus horarios y prácticas son incompatibles con un puesto de trabajo. Es por este motivo que, quienes se lo pueden permitir, recurren a las distintas universidades privadas, que sí ofertan modalidades semipresenciales y a distancia. Actualmente, entre las universidades públicas del Estado español, solo la UNED oferta estos másteres habilitantes no presenciales, aunque las plazas para realizar las prácticas obligatorias son escasas y dependen en muchos casos de la o el estudiante, por lo que resulta inviable.
Así, nos encontramos con una cadena de obstáculos que excluyen a la clase trabajadora de estas habilitaciones y “elitizan” el acceso a las profesiones para las que son necesarios. En el primer eslabón se encuentra la media del grado universitario, dependiente en gran medida de las facilidades que se han tenido para estudiar; tener que trabajar al tiempo que se lleva a cabo una carrera universitaria implica también mayor dificultad para obtener calificaciones altas, y es esta media la que decidirá el acceso al máster habilitante. Del mismo modo, cursarlo en una universidad pública conlleva poder permitirse un año sin percibir un salario, dada su incompatibilidad con horarios laborales, así como una matrícula con un precio medio de 2000 euros, sin contar otros gastos. Si esto último no es posible, la última opción es la matrícula en una universidad privada que permita realizarlo a distancia, teniendo en cuenta que el precio medio se sitúa en unos 6000 euros. Aun así, no existe posibilidad de ejercer las prácticas obligatorias si no es de manera presencial.
Frente a esto, la JCPE reclamamos una universidad pública que no funcione ni como una empresa ni para las empresas, totalmente gratuita y accesible para los hijos e hijas de la clase trabajadora, que aporte una formación integral y científica, y que tome en cuenta la salud mental del estudiantado. Las becas son un derecho que defender en el sistema capitalista, pero no son más que un parche para las y los estudiantes de extracción obrera y popular, que aunque logren completar un grado universitario gracias a ellas, no podrán hacerlo en las mismas condiciones ni con las mismas oportunidades que la burguesía. Así, mientras no construyamos la institución universitaria del socialismo, esta seguirá atendiendo a estructuras y dinámicas clasistas, jerárquicas y alejadas de una democracia real.
A partir de este mes de septiembre, la Juventud Comunista saldrá a las facultades con un mensaje muy claro: POR UNA EDUCACIÓN AL SERVICIO DEL PUEBLO TRABAJADOR. NO SON MÁSTERES HABILITANTES, SON ELITISTAS.
Secretaría de Juventud
