El periodista consideró para el diario británico que este «modesto acto de descolonización tiene sentido», sin embargo, criticó que Londres mantenga una base militar conjunta con Estados Unidos frente a la India, en las islas Chagos, y señaló esta condición como «puro espectáculo imperial».
En su columna para The Guardian, Simon Jenkins señaló los casos de Belice y Las Bahamas que se independizaron «sin hacer ruido», pero remarcó que otros territorios se han convertido en «paraísos mundiales de riqueza ilegal», los cuales, dijo, representan una amenaza para los contribuyentes británicos y para la hacienda pública mundial.
Sin embargo, afirma el periodista, Gibraltar y las islas Malvinas siguen siendo territorios problemáticos para Londres. En ese sentido, señaló como «absurdo» que el Reino Unido permitiera que la toma de este enclave como base militar en 1704 «agriara» las relaciones con España y dijo que este asunto debería estar resuelto con un acuerdo respecto a la soberanía española.
Sobre las Malvinas, el columnista subrayó que el ministro laborista de Asuntos Exteriores, Stephen Doughty, «desestimó una vez más» la demanda de Argentina de ceder la soberanía de estas islas. «Es inexcusable» para el Gobierno británico destinar 60 millones de libras al año para «defender» a los más de 3.600 habitantes de las Malvinas, estimó el periodista.
«En su lugar, [el primer ministro Keir Starmer] quiere quemar dinero pretendiendo ser un imperio tanto en el océano Índico como en el Atlántico. Los delirios de grandeza nunca cesan», señaló para The Guardian.