«Uno de los objetivos prioritarios de la invasión de las Fuerzas Armadas de Ucrania de la región de Kursk era apoderarse de la central nuclear. Estaba previsto que participaran 20.000 soldados, 27 tanques, 50 vehículos blindados y 30 piezas de artillería de cañón, cinco lanzacohetes múltiples», subrayó el teniente general Ígor Kirílov.
Según los planes de Ucrania, en caso de un accidente en la central nuclear de Kursk, solo el territorio ruso habría estado expuesto a contaminación radiactiva, agregó.
«La zona de ubicación de la planta nuclear de Kursk se encuentra bajo la influencia de los vientos del sur, que transportan las emisiones durante las primeras y las siguientes 12 horas en dirección norte sobre el territorio de la Federación Rusa (…) No habrá cambios en los valores de fondo de la radiación gamma en el territorio de Ucrania», indican los documentos.
Aunque el plan para la toma de la central nuclear de Kursk por las tropas ucranianas preveía que solo Rusia estaría expuesta a la contaminación radiactiva, en realidad las sustancias nocivas se habrían extendido más allá, declaró Kirílov.
«Teniendo en cuenta diversos factores, en un accidente a gran escala en una central nuclear, las sustancias radiactivas se extenderían por gran parte de Europa, como ocurrió en el accidente de Chernóbil», destacó.
«Según la información de la que dispone el Ministerio de Defensa ruso, las Fuerzas Armadas ucranianas no han abandonado los planes de apoderarse por la fuerza de las instalaciones nucleares rusas», notó Kirílov.
Asimismo, aseguró que el bombardeo de las instalaciones críticas de la central nuclear de Zaporozhie puede acarrear consecuencias comparables a los accidentes de las centrales nucleares de Chernóbil y Fukushima-1. Recordó que en 2022, las Fuerzas Armadas ucranianas llevaron a cabo 49 ataques con fuego de artillería y drones contra instalaciones de Zaporozhie.