La mayoría de estos vehículos aéreos no tripulados, 36, fueron abatidos en la región de Kubán; 10, sobre el mar de Azov; tres, en la península de Crimea; y dos, en la región de Bélgorod.
El Ministerio de Defensa no especificó los blancos de estos ataques que calificó de «terroristas».
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 la operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos son proteger a la población de un genocidio por parte del Gobierno de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
Durante los últimos meses, se han intensificado los ataques ucranianos con drones contra refinerías de petróleo y depósitos de combustible en Rusia, en primer término en las provincias fronterizas pero también en zonas más apartadas.
En respuesta, Rusia reanudó a finales de marzo pasado los ataques de represalia a gran escala que van dirigidos, en particular, contra instalaciones del sector energético de Ucrania.