La reunión iniciada el miércoles último terminó en los hechos cuando la mandataria anfitriona, Dina Boluarte entregó en una sencilla ceremonia de breves discursos la presidencia del foro, anualmente rotativa, a su homólogo de Surcorea, Yoon Suk-yeo.
Cuando la mayoría de los líderes (gobernantes) de 21 economías dejaban la sede de la reunión, Boluarte hizo para la prensa un resumen de la reunión en el cual destacó que durante la cumbre Perú vivió el hecho más trascendental de estos días: la inauguración del megapuerto de Chancay, al norte de Lima.
La terminal chino-peruana fue inaugurada por Boluarte y por quien muchos consideran el más importante de los participantes, el presidente chino Xi Jinping.
El puerto es considerado, por su ubicación, modernidad, gran capacidad y otras condiciones, como el más importante de la costa del Pacífico de América del Sur y punto de partida de la ruta más directa hacia China y Asia.
Boluarte ponderó en el saldo de APEC 2024 los consensos alcanzados en la Declaración de los ministros de Relaciones Exteriores y Comercio del Grupo, tras dos cumbres anuales que no pudieron lograrse “por la complejidad del escenario internacional”.
Mencionó como acuerdo más concreto aprobado, una hoja de ruta para la transición a la economía formal y global, con recomendaciones para fomentar la gradual disminución de los altos niveles de informalidad con un enfoque integral.
Mencionó también la aprobación de 11 declaraciones ministeriales sobre los temas de mujer, economía, comercio, turismo, energía y seguridad alimentaria, entre otros logros.
Las reflexiones geopolíticas fueron inevitables por la presencia del líder chino Xi Jinping y del casi expresidente estadounidense Joseph Biden, incluidas declaraciones desde Washington de preocupación por el puerto de Chancay.
El subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Hemisféricos, Brian Nichols, dijo, que su país quiere ofrecer a Perú una mejor situación comercial, como intento de demostrar que es supuestamente “el mejor socio para Perú”.