El Gobierno de China está estudiando formas de aliviar las sanciones occidentales utilizando el ejemplo de Rusia, en caso de que una escalada en torno al conflicto en Taiwán impulse a EE.UU. y sus aliados a imponer restricciones similares al gigante asiático.
Un grupo interdepartamental, creado por China en los meses posteriores al inicio del operativo militar especial ruso en Ucrania, ha estado estudiando el impacto de las sanciones antirrusas y elaborando informes periódicos para los líderes del país, según personas familiarizadas con el asunto, citadas este domingo por The Wall Street Journal.
De acuerdo con las personas consultadas, uno de los objetivos de la iniciativa es prepararse para un «escenario extremo» de un hipotético conflicto armado en Taiwán y mitigar sus repercusiones económicas. Como parte del programa, los funcionarios chinos visitan periódicamente Moscú para reunirse con el Banco Central Ruso, el Ministerio de Finanzas y otras agencias involucradas en la cuestión, agregaron.
«Guerra económica de otra magnitud»
El gigante asiático está «muy interesado en prácticamente todo: desde las formas de eludir [las sanciones] hasta todo tipo de efectos positivos, como incentivos para el desarrollo de la producción nacional», explicó una fuente.
Si bien EE.UU. ya ha impuesto sanciones económicas a China, incluidas restricciones a las exportaciones de semiconductores avanzados y medidas contra el gigante de las telecomunicaciones Huawei, una crisis en Taiwán podría conducir a una «guerra económica de otra magnitud», recoge el medio.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de China ha reiterado en varias oportunidades que siempre se ha comprometido a realizar intercambios y cooperación normales con todos los países del mundo, incluida Rusia, sobre la base de la igualdad y el beneficio mutuo.