Níkolas Stolpkin.— ¿Todavía se recuerda la efervescencia con la cual los Grandes Medios comenzaron a vender la “guerra” entre la “indefensa” Ucrania y la “ambición imperialista” rusa? Países de la Unión Europea y la OTAN se unieron al unísono para ir en ayuda del país “invadido”, como si de un “nada hizo” se tratara. Hasta quizá algunos se llegaron a emocionar por la serie de anuncios de “ayuda desinteresada”: municiones de uso “estrictamente defensivo”, “equipamiento de defensa”, equipos de “corto alcance” y de utilidad “claramente defensiva”, etc. –Claro que, después, con el tiempo, el “aplausometro” de la guerra ha ido en aumento: tanques Leopard, aviones F-16…; y ahora muchos saltan de alegría al escuchar los misiles ATACMS, SCALP o Storm Shadow.
Los Grandes Medios Occidentales vendían al mundo de que se trataba de una “invasión” hacia un país que “nada hizo”. Ucrania era como un cachorrito que estaba “indefenso” frente a un enorme oso. Los Medios obviamente no iban a vender que Ucrania bombardeaba con artillería pesada a la población ucraniana rusoparlante en el Donbass desde hacía ocho años, ni mucho menos que el gobierno ucraniano el 2014 había abolido la ley que en el 2012 había declarado el idioma ruso como un idioma oficial y que, por ello, en gran parte de la población rusoparlante ucraniana, hubo mucho descontento, y represión, por parte de las autoridades, en muchas regiones mayoritariamente rusoparlante.
Para los Grandes Medios, entre los años 2014 y 2022 no existían tales agresiones hacia la población rusoparlante ucraniana. Únicamente se hablaba de los ucranianos rebeldes “independentistas” de Lugansk y Donetsk, que sólo querían autonomía en el marco de Ucrania y no la independencia como se nos pintaba. Pero cuando los rusos intervienen en el 2022 para ir en defensa de esa población rusoparlante, los Grandes Medios explotan en “asombro” y titulaban: “invasión rusa”, “nuevo imperialismo ruso”…
Y mientras se fue desarrollando el conflicto, para los Grandes Medios tampoco existían los neonazis ucranianos; que aquello eran “inventos” de los rusos para poder “justificar su invasión”; que eran “muy pocos”, como una manera de bajarle el perfil.
Seríamos testigos de las múltiples sanciones contra Rusia, contra individualidades rusas, restricciones a los rusos que viajaban a Europa, el “auto atentado” contra su propio proyecto del Nord Stream, la prohibición de medios de comunicación rusos dentro de la Unión Europea, prohibición a las aerolíneas rusas para volar en el espacio aéreo de la Unión Europea, etc.
La libertad de desplazamiento, la libertad de prensa y el libre mercado ya no aplicaban para Rusia. Los Grandes Medios vendían que la prensa rusa era “propaganda”, y que las empresas rusas y sus ciudadanos debían pagar por las acciones que estaba tomando su gobierno.
Todos daban por hecho que Rusia se iba a desmoronar con las múltiples sanciones; que su economía iba a terminar “colapsando”; que se iban a “agotar” sus reservas de misiles o soldados; y que Ucrania iba a terminar expulsando a los rusos de su territorio con el significativo “apoyo” por parte de los países de la OTAN.
Pero, hasta el día de hoy, nada de lo que vaticinaron se ha concretado. La realidad es que Rusia, económicamente, sigue más robusta. Los avances rusos en Ucrania, en el campo de batalla, son sustanciales. Rusia no ha quedado “aislada”, tiene relaciones con las mayores economías de Asia: China e India, y múltiples economías “en desarrollo” o “emergentes”. Y, ahora último, Rusia ha demostrado tener tecnología militar superior a la OTAN con la entrada en escena del misil hipersónico Oreshnik.
En cambio, en casi ya tres años, desde que empezó la Operación Militar Especial (SVO) en Ucrania, aparte de poseer un déficit significativo de soldados, un problema “crítico” de múltiples deserciones, los ucranianos están “cansados de la guerra”. Según la encuesta Gallup, sobre Ucrania, de agosto y octubre de 2024, el 52% de los ucranianos les gustaría que su país negociara el fin de la guerra lo antes posible, aunque aquello tenga que significar algunas concesiones territoriales. Cuatro de cada diez ucranianos (38%) cree que su país debería seguir luchando hasta la victoria, siendo que al principio de la SVO era de un 73%. Incluso muchos ucranianos se sienten más seguros o menos estresados en los territorios liberados por Rusia.
Para los Grandes Medios, Rusia no ha dejado de ser el “agresor”, el “invasor”, el que hace “chantaje nuclear”, el que tiene “ambiciones imperialistas”, el que busca “escalar el conflicto”, etc. En cambio, los EE. UU., Gran Bretaña, la Unión Europea, la OTAN, son los que “ayudan” a Ucrania; “proporcionan” datos, permisos, instrucciones, armas…, como si se tratara de un ente sin ninguna participación directa.
Pero… ¿Qué harán los Grandes Medios cuando la mentira, que construyeron y apoyaron, se termine por desmoronar por completo y quede expuesta la realidad? Pues algo muy común de ver, actuarán como un Poncio Pilato, se lavarán las manos y demostrarán la hipocresía que les caracteriza. “Nosotros no apoyamos nada, simplemente fuimos el mensajero”. Siendo que los Grandes Medios con sus repetidores y obedientes satélites (Medios nacionales), desde el principio, han sido verdaderos voceros oficiales de la propaganda de la OTAN, la Unión Europea, EE. UU., Ucrania…
Los Grandes Medios instalaron a Zelenski como un producto al que se debía comprar: el líder de vestimenta informal, el mendigo lastimoso para que Ucrania pudiera recibir “ayuda”, el líder de los grandes discursos…
¿Cuántas veces los Grandes Medios le han dado tribuna a Zelenski? ¿Cuántas veces hemos visto las giras por el mundo de Zelenski? ¿Cuántas veces vimos las intervenciones de Zelenski, con sus “discursos históricos”, en los congresos o parlamentos de ciertos países?
Zelenski podía perfectamente salir del país y recibir delegaciones importantes dentro de Ucrania.
Incluso Ucrania se ha convertido en un destino atractivo para los “turistas de guerra”. ¿Cuántos periodistas no han ido a Ucrania para sentirse verdaderos “corresponsales de guerra”, pero desde donde las papas no queman?
¿Cuántas veces vimos las visitas de los líderes de la Unión Europea, Gran Bretaña, EE. UU. o de la OTAN desfilar por Kiev?
¿Ucrania ha estado “en guerra” con Rusia y se ha permitido todos esos lujos?
Lo que es seguro es que terminado el conflicto, no sabemos a dónde habrá de parar Zelenski. Lo más seguro es que termine exiliado en EE. UU. o asesinado. ¿Cuántos ucranianos ya han muerto por el empecinamiento de Zelenski, en proseguir la guerra, no de Ucrania, sino de la OTAN?
Y ahora último toda esta algarabía de los Grandes Medios de Comunicación con respecto a los “rebeldes sirios” en Alepo, Siria, ¿no será aquello parte de una gran Operación Comunicacional para tapar el inminente fracaso de la OTAN en Ucrania? Deserciones y más deserciones de soldados ucranianos, moral por el suelo de sus soldados, déficit significativa de soldados, población ucraniana harta de la guerra, muy bajo apoyo hacia Zelenski… ¿Estamos ad portas de un supuesto “congelamiento” del conflicto, tal como sugiere el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia?
Níkolas Stolpkin