Esta mañana el gobierno de Bashar Al Asad se ha desplomado tras una fulgurante ofensiva de los yihadistas contra Damasco. El gobierno sirio desconoce el paradero de Bashar Al Asad. El último contacto con él se produjo ayer. Algunas fuentes aeguran que el presidente abandonó el país por el aeropuerto internacional de la capital.
Los grupos yihadistas han tomado el control del palacio presidencial y de las instituciones públicas e intentan organizar la transición política.
La mayoría de los ministros permanecen en Damasco y garantizarán la continuidad de las funciones públicas.
En declaraciones al canal Al Arabiya, el primer ministro Mohamed Al Jalali se declaró dispuesto a colaborar con cualquier nuevo gobierno elegido por el pueblo sirio, permaneciendo en su cargo para facilitar el traspaso de poderes.
El nuevo gobierno ha anunciado la liberación de los detenidos de la prisión de Sednaya.
A través de su comandante Mazloum Abdi, los kurdos han saludado un momento que califican de “histórico” y han pedido la construcción de una “nueva Siria basada en la democracia y la justicia”.
El rápido colapso del gobierno sirio plantea interrogantes sobre el papel de Rusia en el mismo. Hace una década la intervención militar de Moscú en 2015 permitió al gobierno sirio mantener su autoridad, mientras enfrentaba un avance significativo de los rebeldes. Los ataques aéreos y el apoyo logístico rusos habían ayudado a recuperar territorios clave.
Sin embargo, ante la ofensiva relámpago de los yihadistas sobre Damasco, la ausencia de una intervención rusa notable sugiere un cambio en la posición de Moscú hacia su aliado histórico.
Ayer por la noche cinco países árabes Turquía, Rusia e Irán aprobaron una declaración conjunta publicada en el sitio web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar (*) en la que exigían una solución “política”.
Por la mañana Lavrov había dicho en el Foro de Doha que era inaceptable permitir que los terroristas se apoderaran de Siria y que Rusia consideraba inadmisible utilizar a terroristas, como Hayat Tahrir Al Sham, para lograr objetivos políticos.
La Guerra de Siria ha provocado el desplazamiento de la mitad de la población siria y el exilio de una cuarta parte de sus habitantes.
La caída de Bashar Al Assad marca el final de un período político en Siria que comenzó en 1971, año en que Hafez Al Assad, padre de Bashar, llegó al poder.
(*) https://mofa.gov.qa/en/latest-articles/statements/joint-statement-by-foreign-ministers-of-arab-countries-and-the-astana-process-on-the-situation-in-syria
El mundo en ruinas es la gran herencia del presidente Putin. Lo digo desde Rumanía donde las elecciones presidenciales han sido anuladas. Por culpa de… Rusia! Es una mentira pero ya no importa a nadie. Putin ha perdido toda su influencia. Por su culpa…