De acuerdo con un reporte del Financial Times, que cita datos del Gobierno de Reino Unido, más de 10.000 puestos de trabajo de la función pública van a ser suprimidos en virtud de los planes de los ministros para ahorrar un 5% en sus departamentos en la revisión del gasto de la administración.
Las dependencias estudian la posibilidad de implementar programas de despidos voluntarios en toda una serie de departamentos, para lograr los ahorros que la canciller Rachel Reeves le ha exigido, por lo que de momento no se habla de despidos obligatorios.
Entre otras cuestiones, esta medida busca reducir el número de trabajadores del Gobierno, pues el número de funcionarios ha superado los 513.000 este año, lo que supone un aumento del 34% respecto a 2016.
Además, según cifras del Gobierno británico, citadas por el diario, un mayor uso de la inteligencia artificial en tareas como la redacción de correspondencia y la redacción de actas de reuniones reduciría la necesidad de contar con parte del personal administrativo de Reino Unido.
«La tecnología debería ayudarnos a ser más productivos y fructíferos» en la función pública, dijo Pat McFadden, ministro responsable de la Oficina del Gabinete, en un discurso el 9 de diciembre.
El diario británico destaca que los planes para reducir el número total de trabajadores del gobierno corren el riesgo de minar aún más la moral de los funcionarios después de que el primer ministro británico, Keir Starmer, declaró la semana pasada que «demasiada gente en Whitehall (una forma de referirse la administración gubernamental de ese país) se siente cómoda en el tibio baño de la decadencia gestionada».
