Hoy es un día especial: celebramos 80 años de nuestra histórica relación con la Federación de Rusia. Entonces, hace 80 años la Unión de República Socialistas Soviéticas, y cómo durante todos estos años, pasando por los accidentes de la historia, accidentes o incidentes, hemos enfrentado victoriosamente ambos países y pueblos, guardando la distancia, por supuesto, con la gran Federación Rusa y esta Nicaragua, pequeña geográficamente, pero grande en heroísmo, grande en empeño, en convicción en determinación, grande en espíritu y grande en su/nuestra Revolución Popular Sandinista.
80 años de relaciones, trabajando por la paz en el mundo. 80 años empeñados en unirnos para hacer realidad, porque siempre la paz está en riesgo, para hacer realidad la paz para los pueblos del mundo.
Grandes ejemplos nos ha dado la hoy Federación de Rusia, nos dio el pueblo soviético, en todas esas jornadas que han sido de epopeyas gloriosas, defendiendo el derecho de la humanidad a vivir con derechos precisamente, y a vivir en paz.
Nos sentimos honrados, privilegiados con esas relaciones que a lo largo de los años y a lo largo del tiempo, y a lo largo de los tiempos y las incidencias y coincidencias en los tiempos se han venido fortaleciendo. porque los principios y los valores siguen siendo los mismos: luchar por la unión de los pueblos, luchar con valentía por la paz y la seguridad para los pueblos del mundo, luchar para que los pueblos vivamos como merecemos, “en la Tierra como paraíso, patria de la humanidad”.
Honrados y orgullosos, y saludamos de manera especial a la misión diplomática de la Federación de Rusia en Nicaragua, a las misiones que contribuyen en nuestra Nicaragua con el trabajo por la paz, con la salud. Estamos allá en Moscú, está Laureano, está el doctor Roberto López (Presidente del INSS), el general Óscar Mojica (ministro de Transporte e Infraestructura), trabajando y consolidando relaciones de paz y bien, relaciones que apuntan a fortalecer salud, mejores condiciones, más ciencia para la salud.
Allá estamos, fortaleciendo también las relaciones en el campo de la educación, la ciencia, la cultura; fortaleciéndonos juntos en las batallas que seguimos librando, donde sea necesario librar la batalla por la paz.
Todos los días lo decimos: sin paz, no hay nada! Y sin paz, y más en estas circunstancias, en estos tiempos que vive el mundo y la humanidad, sin paz vamos a la extinción, a la destrucción de nosotros mismos.
Qué empeño más absurdo, caminar pensando sólo en la destrucción de nuestro planeta, porque quien actúa contra el bien común, contra el interés fundamental de la humanidad, y contra los derechos también de la Madre Tierra, piensa en la destrucción del nundo.
A nosotros nos corresponde pensar y defender la construcción, que quiere decir el mundo, o el planeta, o la humanidad, como hermanos, compartiendo y conviviendo sabiamente, con sabiduría. La sabiduría impide que pensemos en la destrucción. La sabiduría nos hace pensar, planificar y actuar para construir mejores condiciones para las familias en el mundo entero.
¡Allá estamos! Se realizó un evento muy lindo, una exposición de fotografías, asistió el vicecanciller Ryabkov, nuestros amigos allá, ex–embajadores. Cómo olvidar al querido compañero, ya en otro plano de vida, German Shlyapnikov, quien fue el primer embajador, ya en la Nicaragua de Revolución triunfante, en 1979; a su esposa, que era soprano, no recuerdo en este momento su nombre, pero muy querida, muy apreciada, una gran artista, y luego todos los embajadores que han venido a Nicaragua para fortalecer la unión, la cooperación, el respeto, la solidaridad, precisamente para seguir construyendo el porvenir, no para negar el porvenir.
Y nuevamente, en este día de celebración de los 80 años de hermandad revolucionaria y evolucionaria, nuestro reconocimiento, nuestro respeto, nuestra admiración a ese gran pueblo ruso que ha sido heroico, único en la defensa que continúa desplegando, de la paz y el derecho de la humanidad a vivir seguros, tranquilos y trabajando, compartiendo los avances de la ciencia, las tecnologías, las culturas, avances de la humanidad.
Nuestro respeto, nuestra consideración, nuestra admiración y nuestra estima al Presidente Vladimir Putin y a todos los hermanos del Gobierno, del Estado de la Federación de Rusia, con quienes compartimos ideales, seguimos compartiendo ideales, valores, aspiraciones, sueños, todo lo que representa el derecho humano a vivir, de verdad, seguros, tranquilos, progresando, prosperando.
-oOo-
En educación este año el éxito es que cerramos el 2024 de victorias en la educación, con todos los docentes, los maestros y maestras. En una familia creo que no se dice, “¿llegó el docente hoy?”. Creo que decimos, “¿llegó el maestro?”, ¡esa palabra es linda!
Cuando cambiamos por docente me da la impresión que no conectamos con lo que es nuestra cultura: el maestro. Es un guía en la comunidad; docente me parece a mí más técnico. A mí me gusta decir maestros, para reconocer la maestría, la vocación y la grandeza de quienes tienen ese oficio, y ese oficio sagrado de enseñar, de mostrar y de además instalar, o continuar o asegurar los valores y los ideales de nuestra cultura de familia, de comunidad.
Los maestros de 9 mil 224 centros educativos públicos han sido titulados, y nos sentimos contentos y orgullosos, con ellos y sus familias, de ese derecho. Porque la verdad, nuestros maestros han sido heroicos y haber alcanzado su título, dejar de ser empíricos, independientemente de que como maestros en un oficio sagrado, como maestros de hecho eran y son especialistas, son reconocidos como inspiradores en la comunidad, ahora tienen el título formal. Siempre han sido maestros, educadores, inspiradores, muy respetados en cada comunidad. Creo que esa palabra, la maestría, el maestro, nos hace falta a todos.
(*) Inicio de las declaraciones de la Vicepresidenta Rosario Murillo en la edición del mediodía de Multinoticias canal 4 de televisión, del 12 de diciembre de 2024.