Sucedió ayer, 1 de enero. Mientras en buena parte del mundo festejaban la llegada del año nuevo, el ejército sionista continuaba con su genocidio en Palestina. Cometió una masacre (la enésima) en Jabalia, norte de Gaza, y Al-Maghazi, en el centro de la Franja.
Los terroristas uniformados asesinaron a un grupo de niños dentro de su casa y las familias fueron obligadas a abandonar Maghazi. Fue después de medianoche cuando quedaron a la intemperie con temperaturas muy bajas.
Por otra parte, días atrás, las intensas lluvias provocaron la inundación de más de 1.500 tiendas de campaña. Si ya la vida era extremadamente complicada en estos campamentos, ni qué decir tiene con tanta agua en el interior y exterior de las frágiles “viviendas” de tela en las que sobreviven muchas familias.