De acuerdo con el documento, «las partes contratantes reforzarán sus relaciones sobre la base de los principios de la igualdad soberana, integridad territorial, independencia, no injerencia en los asuntos internos de la otra parte, respeto de la soberanía, cooperación y confianza mutua».
Rusia e Irán también acordaron que, si una de las partes sufre una agresión, la otra no proporcionará ayuda alguna al agresor. Asimismo, los dos países se abstendrán de sumarse a sanciones de terceros contra cualquiera de ellos y garantizarán la no aplicación de medidas coercitivas unilaterales.
Otro de los tópicos del texto es la realización de maniobras militares conjuntas en sus territorios y fuera de ellos, teniendo en cuenta las normas del derecho internacional.
El Tratado incluye otra amplia gama de cuestiones, como el intercambio de delegaciones militares y de expertos, y visitas de buques de guerra y embarcaciones a los puertos de la otra parte.
“Formación de personal militar, intercambio de cadetes y profesores, participación en exposiciones internacionales de defensa celebradas por Rusia e Irán, competiciones deportivas conjuntas, actos culturales y de otros tipos, operaciones de socorro y salvamento marítimos y lucha contra la piratería y el robo en el mar”, son otros de los puntos reseñados en el acuerdo.
Igualmente, establece la cooperación en el marco de organizaciones regionales, como la Organización de Cooperación de Shanghái, «en aras de reforzar su potencial en los ámbitos político, de seguridad, económico, cultural y humanitario».
También impulsa la expansión de los lazos comerciales y económicos entre la Unión Económica Euroasiática y la nación persa.
El desarrollo de proyectos conjuntos para el uso pacífico de la energía atómica, incluida la construcción de instalaciones de energía nuclear, también rezan entre los acápites del texto.
Rusia e Irán cooperarán, además, en el transporte por carretera, ferroviario, aéreo, marítimo y multimodal, así como en la formación de especialistas en esta esfera. Asimismo, recoge que las partes planean desarrollar el comercio bilateral y fomentar la inversión en ambas economías.
Entre otros objetivos del vínculo se encuentra crear una infraestructura de pagos independiente de terceros países. Rusia e Irán convinieron también promover los lazos entre los medios de comunicación de ambas naciones para contrarrestar la desinformación y la propaganda negativa.
El presidente ruso, Vladimir Putin, catalogó el Tratado de Asociación Estratégica Integral como disruptivo, al tiempo que su par iraní, Masoud Pezeshkian, aseguró que dará un impulso a la formación de un mundo multipolar y contribuirá a estabilizar la situación en Medio Oriente.